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Aspectos socioeconómicos y políticos de la China actual. Resurgir de la Gran Potencia; el despertar del Dragón.

La economía y la política son dos aspectos que van de la mano y China no iba a ser menos. De hecho, su aislamiento internacional y sus políticas de Gobierno explican en gran medida la evolución de su economía y el alcance hegemónico de esta a nivel mundial. Debemos conocer ambos campos para explicar cómo China se encuentra donde está y como está, así como conocer qué papel juegan sus inversiones en el extranjero y las foráneas allí o tratar sus diferencias en la balanza comercial, que mide las importaciones y exportaciones.

China es una república socialista con un sistema unipartidista regido por el Partido Comunista (PCC). La ideología fundamental del régimen está integrada por el Marxismo-leninismo y las aportaciones de Mao y sucesivas generaciones de líderes, pero se trata esencialmente de un régimen pragmático hoy ocupado en dos tareas esenciales: el mantenimiento de una tasa de crecimiento del 8% (Baoba) y la preservación de la estabilidad social (Baowen).

Las tres principales estructuras de poder en China son:

El Partido Comunista Chino: con 80 millones de miembros, es el órgano supremo del Partido es el Congreso Nacional, que se reúne cada cinco años. El Comité Permanente del Politburó, integrado por 9 miembros, es el auténtico núcleo de poder de esta institución. Entre ellos destacamos a Hu Jintao, Secretario General del PCC y Presidente de la República; y a Wu Bangguo, Presidente de la Asamblea Nacional Popular (Parlamento).

El Estado: la estructura estatal central, que se articula en torno a la Asamblea Popular Nacional, la Presidencia del Estado, el Consejo de Estado (el Gobierno), la Comisión Militar Central, el Tribunal Popular Supremo y la Fiscalía Popular Suprema

La Asamblea Nacional Popular cuenta con unos 3.000 miembros, y se encarga de la aprobación de leyes y tratados, nombramiento del ejecutivo, del Presidente de la Corte Suprema y del Fiscal General y aprobación de la Constitución y sus modificaciones.

Además del PCC, existen en China otras organizaciones políticas legales como el Comité Revolucionario del Guomintang (KMT), la Liga Democrática China, o el Partido

Democrático Campesino y Obrero Chino. Estas organizaciones están representadas en la Conferencia Política Popular Consultiva China (CPPCC), un simple órgano asesor y de encuentro pero sin poder alguno.

El Ejército de la Liberación Popular, que controla el funcionamiento del Ministerio de Defensa y los Estados Mayores.

China ya no está gobernada por uno o dos hombres fuertes como en el pasado, sino que existe un liderazgo colectivo con diversas facciones (populistas y elitistas), y un sistema de pesos y contrapesos para evitar la acumulación de poder, personalismo y arbitrariedad. En todo caso, el objetivo es la preservación del sistema, hecho que se observa en la búsqueda de una sucesión ordenada de dirigentes comunistas.

El principio rector de las políticas de Hu en los últimos años ha sido el “desarrollo científico”, incorporando como prioridades el bienestar social, el medio ambiente y una tímida democratización.

En cuanto a la organización administrativa y territorial, el Consejo de Estado es el órgano administrativo supremo del país. China está dividida institucionalmente en 23 provincias, 5 regiones autónomas y 4 municipios autónomos dependientes directamente del gobierno. Además, Hong Kong y Macao son regiones administrativas especiales.

Las expectativas políticas tras la muerte y herencia de Mao se cumplirán y esto unido a las revueltas de 1989 que fueron sofocadas con dureza hizo que se frenara toda la evolución en legislación, entre el choque de los defensores del PCCH y los defensores de la modernización total.

En 1993, se introdujo una economía mixta con leyes y políticas liberales, bancos, finanzas, leyes de asociaciones mercantiles, etc. A partir de 2001 con el ingreso en la OMC, se está invirtiendo en la propiedad privada, estableciendo sus intereses el estado en bienes propios, y ley nuevos de contratos. Aunque esto ha generado problemas en la administración judicial y la necesidad de políticas medioambientales, pero con constantes frenazos del PCCH.

A continuación, abordaremos el campo de la economía en mayor profundidad. Debemos decir que el papel que tiene China en la economía mundial es importantísimo, ya que desde 1978 ha formado parte de las grandes economías mundiales que han tenido un crecimiento muy veloz. Esto hace que tenga implicaciones importantes para otros países, que se debe, por ejemplo, a que China representa un 7,4% del PIB Mundial o al crecimiento que tuvo lugar en la última década del PIB Chino, que se cuadruplicó, algo que nunca antes había ocurrido de manera tan rápido en una economía tan grande. El crecimiento fue tal, que entre 2001 y 2010, según el FMI, el crecimiento económico anual promedio que tuvo China fue del 10,5%. Esto hace que exista un gran interés público sobre este país. A pesar de todo esto, en China sigue viviendo muchísima gente pobre, por lo que el desempeño económico será crítico para aliviar la pobreza, más aún, cuando China ha sido capaz en las últimas décadas de que salgan de la pobreza millones de personas, algo que ofrece esperanza. Es tal el crecimiento, que ya en 2010 era la segunda economía mundial. Según las estimaciones que daba en 2012 el FMI, China se convertiría en el rey del tablero económico mundial en el 2016, desbancando del trono a EEUU. Lo que ocurre es que esto se dio antes, ya que en 2014 de acuerdo al FMI en términos de paridad de poder adquisitivo pasó a ser la primera del mundo.

 Estructura de la oferta

Haciendo un análisis estructural de la economía china, se mostrarían los siguientes patrones:

La elevada tasa de ahorro (51% del PIB, frente a una inversión de 43%) refleja la incertidumbre de la ciudadanía ante la escasez de prestaciones sociales públicas en educación, salud y pensiones; las dificultades de las empresas privadas para acceder a la financiación bancaria que beneficia, esencialmente, a las empresas públicas (las empresas privadas se ven obligadas a autofinanciarse); o la excepcionalidad del reparto de dividendos por parte de las empresas públicas.

La creciente importancia de la demanda doméstica: las exportaciones chinas cayeron 16% en 2009. Tras la recuperación en 2010, el volumen de exportaciones ha entrado en desaceleración. Las exportaciones, si bien siguen siendo elevadas, generan una riqueza limitada. Su aportación neta al crecimiento del PIB es, en promedio, secundaria en relación con la inversión.

El exceso de capacidad: La intervención en los precios de agua, energía y uso de la tierra con el fin de promover la actividad manufacturera y la industria pesada ha propiciado una tendencia a la sobreinversión y al exceso de capacidad en industrias pesadas.

Población activa y mercado de trabajo. Desempleo

Según datos oficiales del instituto nacional de estadística, la población activa en áreas urbanas ascendió a 147,393 millones de personas en el tercer trimestre de 2013, y en noviembre ya se habían creado 12 millones de empleos. Por otro lado, la tasa de desempleo en zonas urbanas en el primer semestre se situó en 4,1%. No obstante, esta cifra no se puede considerar indicativa de la situación real (Economist Intelligence Unit la estima en 6,4% en 2013).

La diferencia de empleo y sueldos tanto entre regiones como entre las empresas públicas y privadas es uno de los problemas pendientes. El objetivo del Gobierno es de impulsar la demanda interna a través de una mejor distribución de rentas. No obstante, el mayor problema sigue siendo la falta de trabajadores cualificados. Desde el 1 de julio de 2013 ha entrado en vigor el nuevo visado tipo R, dedicado a la atracción de personal altamente cualificado. No obstante, los estudios muestran que no sólo faltan inmigrantes cualificados sino que los estudiantes residentes más notables emigran cada vez más. Según el organismo «Central Coordination Group for Talent Work» del Gobierno Chino un 87% de los ingenieros y científicos chinos eligen países extranjeros como destino final.

PIB per cápita y distribución de la renta

En 1970, la distribución de la renta en China era una de las más equitativas del mundo. Sin embargo, el crecimiento propiciado por la apertura al exterior en 1978 contrajo una creciente desigualdad: el coeficiente de Gini pasó de 0,16 en 1978 a 0,47 en 2012 (0,53 para los expertos). Así, actualmente, la desigualdad en la distribución de la renta en China es mayor que en EE. UU., Corea y la mayoría de los demás países occidentales, pero menor que en Sudáfrica, Brasil, Chile, Rusia, Méjico, Indonesia o Turquía.

Sin embargo, esta tendencia parece haber remitido, pues en la última década 400 millones de chinos han salido de la pobreza debido, en gran parte, al incremento del gasto social en áreas rurales y a la emigración del campo a la ciudad. Es más, la disminución de la desigualdad en la distribución de la renta es uno de los objetivos principales del XII Plan Quinquenal, marco de referencia de la política macroeconómica para el periodo 2011-2015.

La desigualdad procede, en buena parte, del diferencial del PIB per cápita entre el ámbito rural y el urbano: en 2011, la renta por habitante urbano ascendió a 21.810 RMB, mientras que la renta por habitante rural a 6.977 RMB. La renta de un habitante del campo representa, por lo tanto, un tercio de la renta de un habitante de la ciudad.

Estructura del PIB por sectores y por componentes del gasto

La economía china es, esencialmente, industrial. A principios de los 70, el sector primario suponía 30% del PIB, el secundario 47% y el terciario, 23%. Los últimos años han venido marcados por el paulatino crecimiento de los sectores de construcción y servicios en detrimento de la agricultura y la ganadería.

El sector primario en 2011 supuso un 10%, y en 2013 tuvo un crecimiento de 3,4% el tercer trimestre. Aunque este sector supone la menor aportación al PIB, es muy importante en términos de empleo, pues emplea en torno al 40% de la población ocupada. Dentro del mismo cabe destacar el subsector agrícola, que supone un 50% del sector. La ganadería le sigue en importancia, con el 30,4% del valor añadido del sector primario. Además, China es el primer país pesquero, y su aportación al sector es del 10%.

El sector secundario supuso en 2011 el 47% del PIB, y registró un crecimiento del 7,8% en el tercer trimestre de 2013. Dentro del sector secundario destaca el sector textil, pues es el primero del mundo tanto en producción como en exportaciones, y emplea a más de 15 millones de personas. China tiene también importantes depósitos de minerales, siendo en

2007 el tercer país extractor mundial. La balanza energética china depende en gran medida del carbón, y es el tercer importador mundial de petróleo, con unas reservas de petróleo que ascienden al 1.2% de las reservas mundiales. Asimismo, la industria siderúrgica es uno de los pilares, produciendo en 2008 un 37,57% de la producción mundial. La industria de maquinaria y máquina-herramienta es la segunda industria más grande del país, sólo por detrás de la textil, contribuyendo con un 16,2% al beneficio industrial del país. Por último, el sector de la construcción es clave, pues su contribución al PIB gira en torno al 13%.

En cuanto al sector servicios, suponía en 2011 el 43% del PIB, y en el tercer trimestre de 2013 creció un 8,4%. Podemos afirmar que el proceso de terciarización se encuentra en fase inicial.

El comercio supone alrededor del 7% del PIB, y la hostelería y el turismo representaron en torno a 8% del PIB en 2010.

Un análisis rápido del crecimiento del PIB por el lado de la oferta nos muestra que el sector industrial, por primera vez en la última década ha empezado a crecer a un nivel más reducido que el sector servicios, rasgo impropio de una economía emergente y señal de la progresiva consolidación de China como potencia mundial y país más cercano al término desarrollado.

Por el lado de la demanda, en la primera mitad de 2013 el factor esencial del crecimiento volvió a ser la inversión, estimulada por el paquete de medidas fiscales y monetarias promovidas por el Gobierno central a finales de 2008, contribuyendo al crecimiento con 4,1 puntos porcentuales. La contribución del consumo al crecimiento del PIB fue de 3,4 puntos, mientras que las exportaciones netas, todavía afectadas por la situación del comercio mundial, apenas provocaron variación al crecimiento del PIB.

El consumo privado representa poco más de un tercio del PIB, una cifra notablemente baja. El crédito al consumo, al margen de las hipotecas, es extremadamente limitado. Los hogares chinos tienen hábitos de ahorro muy arraigados, y ahorran más de un quinto de su renta disponible.

Por su parte, las exportaciones, si bien son elevadas generan una riqueza limitada. Por ello, del marco del XII Plan Quinquenal (2011-2015), las autoridades buscan cambiar el patrón de crecimiento basándose en fortalecer el consumo interno. Sin embargo, políticamente el sector exportador es muy relevante ya que ofrece empleo a grandes cantidades de trabajadores poco cualificados.

Cuadro de PIB por sectores de actividad y por componentes del gasto:

cuadropib

Evolución reciente de las principales variables económicas

La economía china se encuentra en un periodo de crecimiento estabilizado en tasas cercanas al 8%. En 2013, el PIB real creció un 7,7% interanual, un crecimiento de dos décimas más que el objetivo anual del 7,5% fijado por el Gobierno, siendo la menor tasa de crecimiento de China en ocho años. Las previsiones de crecimiento para China de diversos analistas internacionales lo sitúan en el 7,2% en 2014 y en el 6,9% en2015.

En el cuarto trimestre de 2013 el PIB creció un 7,7% interanual, gracias a la fortaleza de las exportaciones y a los estímulos del gobierno para acelerar el gasto público en infraestructuras, apoyo a las PYMEs y fomento de la inversión privada.

En lo referente a los precios, durante 2011 con la salida de la crisis se produjo un descenso en los niveles de inflación, donde la variación media del Índice de Precios al Consumo ascendió a 5,4%, frente a 3,3% en 2010 y -0,7% en 2009. En 2012 y tras reducirse gradualmente por la desaceleración económica, el índice de precios se mantuvo en niveles moderados para cerrar el año con un crecimiento del 2,6%. En noviembre de 2013 se situó en el 3%, debido a la caída de los precios de los alimentos.

Finalmente, en febrero 2014, el índice de precios al consumo se ha situado en el 2% interanual, un punto y medio porcentual por debajo del objetivo del 3,5% fijado por el Gobierno. Los precios de los alimentos, que representan un 30% de la cesta, subieron un 2,7% interanual y los de los productos no alimentarios lo hicieron en un 1,6% interanual. En base intermensual, la tasa de inflación creció un 0,5% frente a enero, los precios de los alimentos crecieron un 1,7% y los de los productos no alimentarios se mantuvieron sin cambios.

En febrero 2014, China registró un déficit comercial de 22.990 millones de dólares, el primero desde abril de 2013. El volumen del comercio exterior ascendió a 251.180 millones de dólares, una contracción del 4,8% interanual. Las exportaciones (114.090 millones de dólares) cayeron un 18,1% interanual, y las importaciones (137.080 millones dólares) crecieron un 10,1% interanual. En el conjunto de los dos primeros meses del año, el volumen de comercio alcanzó 633.570 millones de dólares, un crecimiento del 3,8% interanual. Las exportaciones (321.230 millones de dólares) cayeron un 1,6% interanual, mientras que las importaciones (312.350 millones de dólares) crecieron un 10%. El saldo comercial de los dos primeros meses del año ha sido positivo en 8.880 millones de dólares. En el periodo, el comercio con la UE, su primer socio comercial, (90.190 millones de dólares) creció un 6,3%, y el comercio con los Estados Unidos, segundo socio comercial (81.811 millones de dólares), creció un 4,8% interanual.

En febrero 2014, la inversión extranjera directa creció un 10,4% (+11,6% en enero), alcanzando los 19.310 millones de dólares, y encadena trece meses consecutivos de crecimiento. Las inversiones de la UE, con 1.050 millones de dólares, cayeron un 13,82% (-41,25% en enero), mientras que las de EE.UU., con un valor de 711 millones de dólares, se incrementaron un 43,26% interanual (+34,9% en enero). La inversión extranjera en el sector servicios creció un 25,52%, suponiendo un 54,9% del total, mientras que la inversión en el sector manufacturero cayó un 6,06% interanual. China es el segundo mercado que recibe más inversión extranjera sólo por detrás de EE.UU. Por otro lado, en febrero de 2014 la inversión china en el exterior totalizó 11.540 millones de dólares, que supone una reducción del 37,2% interanual.

En el cuarto trimestre de 2013 las reservas de divisas alcanzaron los 3.820.700 millones de dólares, 509.700 millones de dólares más que en 2012. En febrero 2014, en el marco de flexibilización gradual del régimen cambiario, el RMB (renminbi) se ha depreciado respecto al euro un 0,22% sobre enero y se sitúa en febrero en 8,33 RMB/EUR.

En materia laboral, se ha establecido el objetivo de aumentar el salario mínimo real un 13% anualmente hasta 2015. Aunque por debajo del objetivo, durante 2013 el crecimiento salarial efectivo fue un 9,6% en las zonas urbanas y un 10,7% en las zonas rurales. La economía china creó 13,1 millones de empleos nuevos en 2013 y la población en edad de trabajar (entre 16 y 60 años) se redujo en 2,4 millones de personas, y la tasa de desempleo urbano se mantiene en el 4,1%.

En lo referente a la empresa privada, responsable del 60% del PIB y del 80% del empleo, cabe mencionar que la presión sobre las PYMEs es creciente y la mayoría de factores que contribuyen a ella son tendencias a largo plazo: aumento de salarios, costes de las materias primas y la apreciación del RMB. En respuesta a estos problemas, se anunció la creación e incentivación de más canales de financiación para PYMEs y la exención del IVA y Sociedades para aquellas empresas con facturación mensual inferior a 20.000 RMB, afectando a unas 6 millones de las 50 millones de PYMEs existentes.Por otra parte, la inversión inmobiliaria representa el 13% del PIB.

Cuadro de Principales indicadores macroeconómicos:

MACRO

Política fiscal y presupuestaria

Durante 2011, se mantuvo una política fiscal de carácter expansivo. Se llevaron a cabo una serie de reformas tributarias para estimular el consumo doméstico y las pymes: se modificó el impuesto equivalente al IRPF –se elevó el escalón mínimo desde 2.000 a 3.500 RMB y se redujo el tipo mínimo de 5 a 3%–; asimismo se modificó el IVA –se elevó el intervalo mínimo desde 2.000-5.000 a 5.000-20.000 RMB–. Al mismo tiempo, se persiguió reducir el déficit, latente desde que se realizó el estímulo fiscal de 4 billones de RMB (635 mil millones de dólares) en 2008. En 2011, los ingresos de la Hacienda Pública ascendieron a 10,37 billones de RMB (crecimiento de 24,8%).

En 2012, con el objetivo de estabilizar el crecimiento, las autoridades aplicaron una serie de medidas expansivas de política fiscal centradas en el gasto en infraestructuras, subsidios al consumo, rebaja de impuestos, así como proyectos de ahorro de energía y de innovación. De completarse, el importe total de este paquete de medidas ascendería a más de 10 billones de RMB.

En el balance de los últimos 5 años, 2/3 del gasto fiscal fueron destinados a apoyar el Estado del Bienestar, principalmente en educación, sanidad, industria verde y transporte. Además, se continuará la reforma del sistema impositivo y se incluirá a partir del 10 de junio de 2013 la incentivación de 173 sectores más, que se unirán a los 327 ya existentes. El FMI estima que la deuda pública en la R.P. de China alcanza el 50% del PIB según su último informe elaborado en mayo de 2013. Así mismo matiza, que estos niveles de deuda están dentro de límites admisibles.

 

Política monetaria

El Gobierno emplea la política monetaria como principal herramienta para regular la economía a través del Banco Central (People’s Bank of China, PBoC). Ante los altos niveles de inflación registrados a partir de finales de 2010, las autoridades decidieron adoptar una política monetaria restrictiva. En seis meses, subieron en cinco ocasiones los tipos de interés para situar en julio de 2011 el tipo de interés de los préstamos a un año en 6,56% y el tipo de interés de los depósitos a un año en 3,50%. Además, se realizaron una serie de incrementos en el coeficiente de caja bancario que lo situaron a finales de 2011 en niveles récord de 21,5% para los bancos grandes y 18% para los pequeños. Gracias a estas medidas, se consiguió controlar y mantener la inflación en niveles moderados durante el tercer cuatrimestre de 2011. En diciembre, febrero y nuevamente en mayo, el PBoC recortó en medio punto el coeficiente de caja hasta situarlo en 20% para los bancos grandes y 16,5% para los pequeños. Además, a principios de junio, rebajó en un cuarto de punto los tipos de interés, para situar el tipo de los créditos a un año en 6,31% y el tipo de los depósitos a un año en 3,25%.

Ante las expectativas de desaceleración del crecimiento en 2012, el Banco Central (PBoC) rebajó en junio y julio del año pasado los tipos de interés de los créditos y depósitos a un año, lo que sitúa actualmente el tipo de los créditos en 6,00% y el tipo de los depósitos en 3,00%. Para completar parcialmente esta liberalización del sector bancario, el Banco Central (PBoC) ha anunciado la liberalización de los tipos de intereses en los préstamos bancarios. El pasado 24 de junio, el tipo interbancario chino a un día se disparó a su máximo histórico del 13,5% antes las tensiones de liquidez reinantes.

Inversión extranjera en China por países y sectores

En 2011, los principales inversores en China fueron Hong Kong, Japón, Singapur, corea del Sur y Estados Unidos. La inversión se dirigió, principalmente a los sectores de manufacturas, inmobiliario, comercio mayorista y minorista, servicios comerciales y de arrendamiento y transporte, almacenaje y comunicaciones.

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En 2011, el número de nuevas empresas de inversión extranjera ascendió a 27.712 (+1,12%). De entre ellas, 18% se establecieron como Joint Ventures junto a socios locales y 81% como FIEs. Desde que China comenzó a aplicar la política de apertura, en 1978, la inversión extranjera directa acumulada supera 2,1 billones de dólares. La mayor parte de la inversión sigue concentrada en el sector manufacturero.

Entre las mayores operaciones de los últimos años, destaca la puesta en marcha del centro de producción de Tianjin del consorcio Airubes, el mayor fuera de Europa. La fábrica, que empezó a funcionar a finales de 2008, supuso una inversión de 1000 millones de euros, aproximadamente. El primer avión ensamblado en la fábrica, un modelo a320, quedó listo para ser entregado en junio de 2009. El BBVA, a su vez, cuenta con participaciones en China Citic Bank (15%) y en Citic International Financial Holdings (35%) por importe total de 3000 millones de euros. Se trata de la mayor inversión española en China.

China y su Inversión Directa en el Extranjero (IDE)

El patrón de IDE emitida por China difiere del de las economías desarrolladas: los determinantes tradicionales de la IDE como el tamaño de mercado (la conquista de nuevos mercados), los costes laborales o el entorno laboral tienen, de acuerdo con la evidencia empírica disponible, una importancia menor. El objetivo básico de la IDE china es fortalecer la competitividad y sostenibilidad de la producción doméstica en China: la evidencia indica que China parece tener un patrón de Inversión dual que busca lo siguiente:

  • En países OCDE, integrarse en los sectores avanzados para adquirir activos (marcas, tecnología y capacidad de gestión) que permitan defender su posición en el mercado doméstico chino
  • En países no OCDE, captar recursos energéticos y materias primas clave para su industria.

Las empresas chinas no buscan bajos costes laborales, ni cuota en el mercado exterior. Hoy por hoy, la política industrial china se centra en la localización en el país de los tangibles (fábricas) e intangibles (tecnología). Algo parecido sucedió con la IDE japonesa en l0s 70s, pero la escala china excede con mucho aquello. Estas inversiones obedecen a decisiones estratégicas posibles gracias a dos rasgos estructurales de la economía china: el predominio de las EE. PP. En determinadas industrias y sectores inversores, y la existencia de represión financiera.

China en sus relaciones económicas internacionales

Desde que se comenzó la liberalización económica en 1978, y se dio el crecimiento de China, dependió en su mayoría de las inversiones y las exportaciones. Ya que en 2009 China se convierte en el país más exportador del mundo, basándose sobre todo en los productos electrónicos y lo de valor intensivos. Aunque hay que tener en cuenta que las ventas que China realiza en el exterior suponen un 24,91% del PIB nacional. Además es el segundo mercado más grande para los productos electrónicos de tecnología de la comunicación y de información. El país al que le llegan más exportaciones de China es a Estados Unidos (17,2%).

Con respecto a las importaciones en China, siguen creciendo, y desde 2007 hasta la actualidad se han doblado en millones de euros. Las compras que China realizan en el exterior representan un 22,1% del PIB, por lo que en la Balanza comercial, China presenta superávit, ya que sus exportaciones fueron mayores (24,91%). El país del que importa más es Japón (9,9)

Dentro de las relaciones económicas internacionales, tenemos que destacar cuatros aspectos fundamentales dentro del S. XXI. El primero de ellos es que en el año 2000, el congreso de los Estados Unidos decidió permitir que las exportaciones chinas entraran en el país con las mismas tarifas bajas que la de los demás países. Es lo que se conoce como las relaciones normales permanentes de comercio.

En 2004 se propuso la creación de la Cumbre de Asia Oriental (CAO), que estaba compuesto por los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (formada por Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunéi, Vietnam, Laos, Birmania y Camboya), India, Australia y Nueva Zelanda. Esta cumbre era una especia de foro para debatir los problemas de seguridad nacional.

Desde el 1 de enero de 2010 se puso en vigor el Área de Libre Comercial Ansa-China entre los países que formaban la Asociación de Naciones del Sureste Asiático, nombrada anteriormente, y la República Popular China.

Además, en cuanto a las relaciones económicas internacionales, tenemos que destacar el papel que ha jugado China en los años recientes para la creación de áreas de libre comercio y pactos de seguridad entre sus vecinos de Asia y el Pacífico.

RELACIONES ECONÓMICAS BILATERALES (COMERCIALES Y DE INVERSIÓN)

 Acuerdos económicos bilaterales con terceros países

Actualmente, China mantiene acuerdos económicos bilaterales con mas de 15 países, tras firmar los acuerdos denominados Closer Economic Partnership Arrangements con las Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong y Macao (2002, 2003), con quienes China ha seguido tejiendo un entramado de acuerdos bilaterales de libre comercio en los últimos años. En mayo de 2012, tras trece rondas de negociaciones desde 2007, China, Japón y Corea del Sur firmaron un acuerdo trilateral en materia de inversiones y sirve de base para un futuro acuerdo de libre comercio entre los tres países, cuyas negociaciones se espera que comiencen durante la segunda mitad del año.

Relaciones comerciales entre la Unión Europea y China

Las relaciones UE-China se enmarcan dentro del Acuerdo de Cooperación Comercial y Económica de 1985 que, desde comienzos de 2007, trata de transformarse en un Acuerdo de Cooperación y Asociación, si bien las negociaciones para cerrar el acuerdo continúan en marcha. El acuerdo pretende desarrollar la cooperación en diversas materias, destacando la propiedad intelectual, el desarrollo sostenible, los asuntos financieros, laborales y macroeconómicos, el sector textil y la aviación civil. En el aspecto comercial se trata de un acuerdo no preferencial basado en la cláusula de nación más favorecida. El futuro PCA será un acuerdo no preferencial sin compromisos concretos de acceso al mercado. En el contexto del mayor compromiso de cooperación que el Acuerdo de Inversiones ofrece, se hizo referencia a un futuro FTA (Free Trade Area), “cuando se den las condiciones apropiadas” y como “una perspectiva a largo plazo”. Por otra parte, la UE concede a China acceso preferencial al mercado comunitario mediante la aplicación del Régimen General del Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) a una serie de productos. No obstante, lo mas probable es que China deje de beneficiarse a medio plazo de este acceso, por no cumplir con los criterios necesarios para optar a este sistema, de acuerdo con el estado de las negociaciones del nuevo Reglamento del SPG.

China es miembro de la OMC desde el 11 de diciembre de 2001, lo que deriva que China se comprometió a aplicar su normativa de contratación pública de manera transparente y no discriminatoria. China está actualmente negociando su adhesión al Acuerdo de Compras Públicas de la OMC, del que se derivarían obligaciones para abrir a la competencia su mercado de compras públicas. Desde su adhesión a la OMC, China ha estado actualizando su normativa en materia de protección de los derechos de propiedad intelectual (DPI) hasta lograr un marco legislativo comparable al de otros países miembros de la OMC. Sin embargo, la debilidad en la implementación continua haciendo posible una floreciente industria de la falsificación en el país, en detrimento de unas rentas que parcialmente podrían compensar el notable déficit comercial de la UE con China.

Relaciones comerciales entre España y China

Comercio bilateral de bienes

El comercio bilateral de bienes España-China se caracteriza por un déficit crónico. El volumen de importaciones chinas está en linea con los países del entorno, pero el volumen de exportaciones a China es relativamente más escaso.

  • Exportaciones

En 2013, las exportaciones crecieron un 4,70% interanual, alcanzando 3.942 millones de euros, y ocupando el puesto 44 en la clasificación mundial. Los principales capítulos exportados fueron: Equipos, componentes y accesorios de automoción (6,7%), Materias primas y semimanufacturas de plástico (6,5%), Farmaquímica (5,6%), Productos semielaborados de cobre y sus aleaciones (4,8%) y Automóviles (3,9%). En enero 2014, las exportaciones han totalizado 394,4 millones de euros, un incremento del 27,46% interanual. Los principales capítulos exportados han sido: calderas de vapor acuotubulares (18,6%), materias primas y semimanufacturas de plástico (8,3%), productos semielaborados de cobre (5,8%), equipos y componentes de automoción (5,7%) y minerales metálicos y no metálicos (4,7%).

  • Importaciones

En 2013, las importaciones se redujeron un 1,52% interanual, totalizando 17.363 millones de euros y ocupando el puesto 26 en la clasificación mundial. Los principales capítulos importados fueron: Confección femenina (10,4%), Equipos de telecomunicaciones (8,5%), Informática hardware (6,4%), Química orgánica (4,4%) y Calzado (4,2%). En enero 2014, las importaciones han totalizado 1.659,6 millones de euros, que representa un incremento del 5,18% interanual. Los principales capítulos importados han sido: confección femenina (10,8%), equipos de telecomunicaciones (8,1%), informática hardware (6,3%), calzado (5,1%) y química orgánica (3,9%).

  • Balanza comercial

El siguiente gráfico muestra las previsiones que el Ministerio de Economía y Competitividad español estimaban para 2013 y 2014, así como los resultados de la balanza comercial española en años anteriores.BALANZA

Como vemos, España históricamente ha venido obteniendo balanzas comerciales negativas al ser mayores las importaciones que las exportaciones. Según datos del ICEX, el déficit comercial en 2013 se situó en 13.420 millones de euros, que supone una disminución del 3,21% interanual. La tasa de cobertura para el periodo fue del 22,71%, una mejora del 6,3% en relación con la del ano anterior. La reducción del déficit comercial en 2013 confirma una tendencia del déficit decreciente iniciada desde que comenzara la crisis financiera internacional. En enero 2014, el déficit comercial ha sido de 1.265,1 millones de euros, una disminución del 0,26% respecto al mismo mes del año anterior, situándose la tasa de cobertura para el periodo en el 23,77%, que representa una mejora del 21,19%.

Tal y como informaba recientemente Europa Press, España se ha convertido en un nicho de empleo para los trabajadores de nacionalidad china. Mientras el paro subía de manera alarmante en España durante los años de la crisis, la afiliación china a la Seguridad Social no dejó de crecer, especialmente en el caso de los que optan por montar un negocio, es decir, por hacerse autónomos. Primero fueron los restaurantes, después las tiendas de alimentación y los bazares, y desde hace un tiempo los establecimientos de ropa y complementos. Algunos de estos últimos siguen incluso una estrategia comercial similar a la de grandes marcas del textil español.

Entre febrero de 2008, cuando la crisis daba sus primeros coletazos, y octubre de este año, el número de afiliados chinos a la Seguridad Social se ha disparado más de un 44%, hasta sumar actualmente 91.554 ocupados. Prácticamente la mitad de ellos, 44.860, trabajan como autónomos, el doble de los que lo hacían seis años antes, es decir, que los negocios en España de los trabajadores de esta nacionalidad se han multiplicado por dos desde 2008 y además en plena crisis económica.

Los trabajadores chinos cuentan con canales de financiación propia, un hecho que les ha ayudado en su expansión por España en los últimos años, en los que era muy complicado conseguir un préstamo de cualquier banco.

Durante la crisis han sido muchos los trabajadores extranjeros que han hecho las maletas y han abandonado España ante la falta de oportunidades laborales. En los últimos seis años la Seguridad Social ha perdido afiliados de prácticamente todas las nacionalidades, con algunas excepciones, además de la china. Es, por ejemplo, el caso de Bolivia. Hoy hay un 18,2% más de afiliados bolivianos que hace seis años y ya suman 61.097 ocupados.

Comercio bilateral de servicios

El intercambio de turistas entre España y China todavía es bastante escaso. Tras la firma del Acuerdo de Destino Autorizado (ADS) en febrero de 2004, por el que se permite viajar a España a grupos de turistas chinos en viajes organizados, se ha registrado un progresivo crecimiento, si bien partiendo desde una base pequeña. Según los datos del Instituto de Turismo de España, se ha pasado de los 87.000 turistas chinos que visitaron España en 2008 hasta los 252.000 que lo hicieron en 2013. Cabe destacar que el turista chino, al contrario de otras nacionalidades, escapa del sol y playa por lo que puede extenderse el turismo nacional a otras localizaciones con oferta cultural e histórica. Para fomentar el desarrollo de este creciente turismo chino todavía deben mejorarse las conexiones aéreas directas con Pekín (actualmente sólo opera Air China) y con otras grandes ciudades, como Shanghai y Cantón, agilizar la tramitación de visados, y traducir al chino la oferta de servicios turísticos. Recientemente, como informaba Europa Sur, el consejero de Turismo y Comercio de Andalucía de la Junta, Rafael Rodríguez, firmó en Shanghái un acuerdo de colaboración con el operador turístico chino Ou Bo Lüyou (traducible como Viajes de Platino a Europa, o Me Holiday, en su nombre internacional) para que la región figure en sus catálogos. El objetivo de la Consejería de Turismo es doblar en dos años las estancias hoteleras que registran los viajeros del gigante asiático. En 2013 visitaron España más de 252.000 turistas del gigante asiático (un 35% más que en 2012), y Andalucía (con unos 19.200) fue la tercera autonomía más visitada, tras Cataluña y Madrid, que desde sus capitales tienen varios vuelos directos semanales desde Pekín como los que antes comentamos. Rodríguez también selló en Shanghái un acuerdo con la filial turística del gigante inmobiliario Wanda (que compró este año el emblemático Edificio España de Madrid y de la que nos hablará también Alberto Lebrón), por el que la firma china incluirá en su oferta a Andalucía desde 2015. Además, hay que tener en cuenta que Andalucía busca seducir a los viajeros chinos como destino para la práctica de idiomas, existiendo un importante potencial del turismo idiomático, y en particular el auge que experimenta el aprendizaje de español, como segmento atractivo para posicionar el destino andaluz en mercados emergentes como el chino.

Todo esto nos lo explicará nuestro siguiente entrevistado, puesto que para tratar aspectos económicos y políticos decidimos acudir a un profesor conocedor de ambos, el cual nos aclaró algunas de las dudas principales sobre la situación actual en China y matizó también varias de las afirmaciones que desde Occidente se hacen en lo referente a este asunto. También aportó sus conocimientos para abordar las principales consecuencias comerciales, demográficas, sociales y culturales en España y en especial en Andalucía.

Isidoro Romero es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales -por ambas secciones, Economía General y Ciencias Empresariales- y Doctor en Economía por la Universidad de Sevilla, en la que ahora es profesor de Economía Aplicada. También es Investigador visitante en la Universidad de Groningen (Países Bajos), en la Universidad de Illinois at Urbana-Champaign (EE.UU.) y en la Universidad de Reading (Reino Unido). Ejerce como profesor colaborador/visitante en la Universidad de Palermo, la Universidad de Aberystwyth (Reino Unido), la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA). Es además miembro del European Union Regional Economic Applications Laboratory (EU-REAL), de la European Union Network for Input-Output Studies (EUNIOS) y del grupo de investigación «Las PYMEs y el desarrollo económico» de la Universidad de Sevilla. Su actividad investigadora se orienta al estudio del impacto económico de las PYME, con especial atención a su participación en cadenas de producción y a la innovación. Autor de más de 40 publicaciones de investigación en libros y revistas nacionales e internacionales, ha participado en contratos y proyectos de investigación para el Ayuntamiento y la Diputación de Sevilla, la Junta de Andalucía, la OCDE y la Comisión Europea. El estudio de la realidad china y su crecimiento económico es un campo que reconoce que le interesa al considerarlo un caso extraordinario por sus condiciones y características, de ahí que lo domine con una profundidad de conocimientos nada despreciable, aportando a menudo en sus perfiles de las redes sociales numerosos enlaces de datos y artículos económicos del país asiático. En esta entrevista nos ofrece su visión sobre la realidad de la República Popular.

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Isidoro Romero nos recibió en su despacho

-¿Ve usted a China más importante a día de hoy como destino para el capital externo o bien como inversionista en el extranjero?

Está ganando importancia en los dos sentidos. La emergencia de China ha generado mucho interés en torno al dinamismo de su economía. Es un mercado de un tamaño increíble, son más de 1.200 millones de personas y con unas tasas de crecimiento récord y muy sostenidas a nivel mundial a lo largo de las últimas décadas, desde los años 70. Las empresas de los países más desarrollados quieren instalarse en China por su mano de obra abundante y barata. Los flujos de inversión extranjera en China han sido muy importantes y seguirán siéndolo, además favorecidos por el hecho de que han ido abriéndose y son cada vez más receptivos, aunque esta apertura haya sido gradual, al permitir la entrada de capital extranjero desde empresas mixtas donde hay también accionistas chinos, lo que implica cierta sujección a supervisión. Debemos saber que China vende al resto del mundo más de lo que compra, de ahí que genera un superávit externo tan importante, que cada vez destina en mayor medida a invertir en Latinoamérica o África, tendencia que irá acentuándose a lo largo de los próximos años. Yo diría que los dos aspectos son importantes puesto que China es un país que se está abriendo al mundo y cada vez será un inversor más importante así como ya viene siendo un destino de inversión extranjera.

-¿Implica riesgos globales alguna de estas posiciones?

Hay un riesgo asociado a su modelo de crecimiento vinculado a ciertos desequilibrios en el sistema de economía mundial en el sentido de que China es una economía con un superávit externo muy importante al exportar más de lo que importa, lo cual tiene como contrapartida que haya otros países que importen más de lo que exportan, como es el caso de Estados Unidos. Se genera un modelo basado en un equilibrio inestable; China financia a Estados Unidos para que estos puedan comprarles sus productos, algo que beneficia a los chinos al permitirles crear empleo y mejorar el nivel de bienetar generar y también beneficia a los estadounidenses porque les permite tener un nivel de vida que no podrían permitirse de no ser por el hecho de que China les preste dinero. Digamos que EEUU sería como una familia que gasta más de lo que ingresa y de lo que puede permitirse a costa de lo que le presta China. Esto por el momento ha funcionado, aunque el riesgo podría llegar si este equilibrio, al ser inestable, se rompiese. Esto sí es una vulnerabilidad del sistema económico mundial. Por otra parte, como aspecto negativo también hay que tener en cuenta el problema que supone el impacto medioambiental ya que China tiene unos índices de contaminación altísimos. Esto es una amenaza, no sólo para su propia sociedad sino para el mundo.

-¿Es ahora China un motor económico independiente como tal para la economía mundial?

Sí, lo está siendo ya. Es el país que ha crecido más rápidamente y de forma sostenida. Para ellos crecer alrededor del 7% es poco, les empieza a preocupar esta realentización de su crecimiento económico mientras que aquí en España con el 0 y pico por ciento estamos contentos porque empezamos a crecer y daríamos saltos de alegría si llegásemos al 2%. Ellos partían de una base de ser una economía pequeñita, de hecho todavía sigue siendo un país de ingreso medio, aunque el mantener este crecimiento tan rápido hace que gane peso en la economía mundial, llegando a ser la primera economía del mundo, ya que si miramos los términos de Paridad de Poder Adquisitivo según los datos recientes, que corrigen por el nivel de vida de los países, lo sería ya a finales de este año. Sí es cierto que hay una percepción de China como un país muy rico y una gran potencia, y es verdad que lo es en términos absolutos, aunque en términos relativos teniendo en cuenta el PIB pér cápita siguen teniendo problemas de pobreza importantes. Pero, en definitiva, sí que constituye un motor económico muy importante.

-Julio Anguita dijo «Pensar que los de China son de izquierdas es pensar mucho; tienen el nombre de Partido Comunista pero no son nada comunistas. Es un Capitalismo de Estado». Hay quien llega más lejos y afirma que China nunca fue realmente comunista ni socialista, ¿comparte esta opinión?

Sí que tuvo un modelo socialista, con sus características propias y distintas de las soviéticas y con una planificación central. En la actualidad por supuesto que no son una economía socialista sino un modelo o sistema híbrido, que no es un capitalismo puro ni una economía mixta como la de la Unión Europea o Estados Unidos. Sí estoy de acuerdo en definirlo como un Capitalismo de Estado, donde se han introducido reformas de mercado y donde este cada vez más ocupa un papel de relevancia pero el Estado se reserva grandes cuotas de poder y las grandes empresas siguen siendo públicas. El gran capitalista, que controla y planifica las reglas de juego de la actividad económica, es el Estado, por lo que sí que se consideraría un Capitalismo de Estado hoy día.

-¿Considera entonces que existen divergencias entre la China de Mao, la de Xiaoping y la actual con Xi Jinping?

Existen diferencias absolutas. La China de Mao era una economía socialista con sus perfiles propios y Den Xiaoping empezó a romper con ese modelo y es considerado el padre de la nueva China por introducir un proceso de reformas graduales, que siguen completándose y que están en una nueva fase, así que han tenido una línea de continuidad. Desde el lanzamiento de este programa de reformas con Xiaoping hubo una ruptura con el socialismo anterior.

 -A veces se habla de ellos como un país con dos sistemas debido a la estructura política y económica de Hong Kong. Explique si esto sigue ocurriendo.

Desde el punto de vista económico, cada vez los dos sistemas son más uno solo. La economía de Hong Kong cada vez está más integrada en la de China y la propia China ha evolucionado hacia un modelo cercano al capitalista de mercado que ya existía en Hong Kong. Sin embargo, en lo político, Hong Kong tiene aún cierta autonomía e instituciones propias y esto provoca cierta tensión, de ahí las manifestaciones recientes por mantener su esfera de libertades y no integrarse en un país que no tiene valores democráticos como tal sino que es una autocracia con un modelo de partido único. Hay una dicotomía o ambivalencia en este sentido, en el plano político, pero en lo económico, como he dicho, cada vez menos al haber mayor integración entre ambas.

-Exponga qué papel cree que juega China en la crisis económica por la que atravesamos: ¿Beneficiados o víctimas?

Beneficiados. China, a raíz de las reformas de Xiaoping, ha adoptado un modelo de crecimiento que se asemeja al que habían seguido previamente otras economías asiáticas como Corea del Sur, Taiwán, Malasia o Tailandia, que les había permitido industrializarse y desarrollarse con un modelo abierto basado en la exportación. China, con cierto retraso, trató de adoptar este crecimiento aprovechando sus bajos costes de mano de obra, lo cual les ha permitido crecer rápido, reducir los índices de pobreza extrema y mejorar la calidad de vida configurando una clase media. Esto en cuanto a la parte positiva, aunque el proceso también tienes sus sombras, pero en general sí que han obtenido un resultado exitoso y han ido abandonando el subdesarrollo.

-¿Está realmente la República Popular preparada para el crecimiento potencial que se prevé de ella?

Más que estar preparada, es que lo necesita. No le queda más remedio que tenerlo si no quiere experimentar una serie de tensiones políticas serias. A lo largo de las últimas décadas, ha mantenido un sistema político donde no han habido reformas y la población lo ha aceptado y no ha demandado cambios, a excepción de los sucesos de Tiananmén sofocados de forma violenta por el Gobierno y determinados opositores, aunque todo esto en un contexto con cierta paz social debido a su crecimiento y mejora en la calidad de vida. China era un país pobre aunque con niveles de desigualdad bajos, y ahora es menos pobre pero con niveles de desigualdad importantes, donde se ha generado una élite, con algunos grandes multimillonarios, pero al haber crecimiento ha habido estabilidad. En caso de dejar de crecer, estancarse, y aumentar su desempleo, las tensiones podrían poner en jaque el sistema político y se empezaría a exigir un cambio. El Gobierno es consciente de esto y trata de evitar la ralentización.

-¿El crecimiento que observamos en China es un ejemplo sin precedentes o tenemos casos históricos similares? Se ha hablado en ocasiones de que supera al inglés de la Revolución Indistrial.

Habría que verlo en cifras. La historia es tan larga que parece que ahora nos extraña ver a China como primera economía, pero si nos remontamos a siglos anteriores, alrededor del XIV, ya lo era también. Diríamos que es la vuelta a la normalidad en el caso chino en términos históricos. No me atrevería a hacer un juicio a ese respecto, pero es probable que sí.

-Los Fondos Soberanos Chinos cobran fuerza ante la mirada, parece que a veces no demasiado atenta, del resto del mundo. ¿Son conscientes de este crecimiento desde el Fondo Monetario Internacional? ¿Piensa que les preocupa?

No creo que constituya una amenaza para la estabilidad financiera mundial, aunque sí que es cierto que China está acumulando reservas de divisas muy importantes y que los Fondos Soberanos controlan inversiones crecientes en el mundo, pero creo que el peligro está más en una quiebra de modelo de crecimiento como comentábamos al principio. Hay países muy deficitarios y otros como China, que tiene un superávit externo que hay que invertir en algo, es decir, tiene que rentabilizar el excedente de alguna manera. Este ahorro externo no lo meten debajo de un colchón o en la caja fuerte del Banco Central de China, sino que lo invierte en el resto del mundo. Para que eso no ocurriera, otros países desarrollados como Estados Unidos, deberían ajustarse el cinturón e importar mucho menos. La economía china se pararía y se provocarían tensiones sociopolíticas por este cambio en el modelo de crecimiento. Probablemente, este cambio de paradigma, más tarde o más temprano, va a tener que producirse y ya veremos si de manera radical y a corto plazo o gradual e indolora. Salvo esto, no plantearía como una amenaza el crecimiento chino ni lo veo como una especie de mano negra. A China le interesa que sus inversiones no se deprecien. Es habitual que con su superávit comercial inviertan en deuda pública americana; esto podría verse como una amenaza para el Dólar, ya que al liquidarlos podría provocar su depreciación en el mercado de divisas. Sin embargo, no les interesaría este ataque especulativo porque generar una crisis mundial no les conviene, puesto que ellos mismos perderían y además provocarían que Estados Unidos comprase menos productos. Sería como si el dueño de un negocio se pelease con su mejor cliente. Vivimos en un mundo de interdependencia en el que, cada vez más y frente a lo que nos pueda parecer, a todos nos interesa que a los demás les vaya bien.

-¿Cree que las relaciones empresariales entre China y España benefician a ambos equitativamente?

El concepto de equidad en las relaciones de países habría que definirlo. España exporta poco a China, no hemos penetrado de manera significativa en el mercado chino, mientras que importamos mucho de allí. Nuestra balanza comercial con ellos es muy deficitaria. En cuanto a nuestras relaciones de inversión, ninguno de los dos países invierte demasiado en el otro, aunque hay en China algunas empresas españolas con presencia estratégica creciente. Una de las claves de futuro que trata de potenciarse podría ser la atracción de turistas chinos a nuestro país, que somos especialistas en este sentido a nivel mundial. Abrirnos a un mercado de más de 1.200 millones de personas para que vengan a España podría ser un factor estratégico a cuidar y tener en cuenta. Tenemos que saber cómo beneficiarnos de su crecimiento económico, pero la equidad es ya más difícil de definir.

-¿Cuáles han sido las claves en la estrategia para desbancar a Estados Unidos y a las potencias occidentales? ¿Es la legislación en materia laboral relevante en este proceso?

Creo que su mayor factor competitivo es el contar con costes laborales bajos por su laxa regulación laboral y por partir como un país pobre, con un PIB bajo y salarios también bajos. El producir barato es su principal baza competitiva a lo que se ha unido también el asimilar la tecnología occidental llegando a ser una potencia tecnológica hasta el punto de poner satélites en el espacio. Sin embargo, sí que podríamos decir que sus costes laborales bajos suponen en parte una amenaza para los trabajadores no cualificados de los países desarrollados ya que ven cómo se van deslocalizando grandes empresas multinacionales hacia china por estas ventajas de costes de producción

-¿Cree que el aislamiento internacional chino de años atrás ha sido un impulso para llegar hasta donde ha llegado? Es decir, ¿considera que el estar aislados fue un aprendizaje para China en su competición por la hegemonía económica?

No lo creo, más bien ha supuesto una remora para China en las últimas décadas y no debe verse este proceso como algo positivo. Su éxito económico se explica en un contexto de apertura al mundo de forma gradual con un enfoque estratégico y no de manera radical ni dogmática sino de forma mesurada, racional y pensando inteligentemente. Es la apertura posterior la que explicaría el proceso, no el aislamiento en sí. Recordemos también que hubo una China clásica con rutas comerciales en la época de Marco Polo, caracterizada por ser una economía abierta.

-¿Ha venido China para quedarse o este resurgir es transitorio?

Los ritmos de crecimiento y el modelo de este deben ser reorientados porque no son sostenibles, de hecho ya lo saben y están intentando hacerlo. Van a tener que dirigir su modelo de crecimiento cada vez más hacia el mercado interno por los desequilibrios que comentábamos y los desajustes que esto provoca. Esto va a ir cambiando y van a tener que pensar más en importar y no tanto en exportar. No es sostenible tampoco su crecimiento industrial y menos con tal impacto medioambiental por lo que deberá reorientarse también hacia el sector servicios. Basarse en una mano de obra barata tampoco es sostenible; el crecimiento económico está implicando una mejora de los niveles de calidad de vida y salario y en su entorno tiene países más atrasados que van a ir recibiendo inversiones que antes se habrían ido a China, por lo que van a ver cómo se marchan algunas de sus industrias hacia Camboya o Vietnam, por ejemplo. 

-El que China llegue hasta donde está, por tanto, es algo orquestado y no casual.

Sí, se ha planificado desde finales de los 70 con Den Xiaoping como cerebro de dicha planificación, aunque con antecedentes en Asia; la propia Hong Kong, Corea del Sur, Tailandia o Japón antes que todos ellos. Den Xiaoping, en cierta medida, copia un poco el modelo que estaba teniendo éxito en su entorno, aunque las condiciones de partida de China lo convierten en un caso extraordinario por su extensión territorial y el tamaño de su población, que hace que sea un continente más que un país. Poner en marcha un país así es poner a funcionar a un gigante. China es un dragón dormido que se ha despertado. 

-Ya conocemos a algunos grandes magnates chinos. ¿Es más fácil llegar a ser multimillonario en China que en Occidente?

Hoy en día es más fácil en los dos sitios, por nuestro contexto actual de la globalización. Estamos viviendo un aumento de las desigualdades dentro de los países como pasa en cierta medida en China, a pesar de la configuración de la clase media, pero es algo generalizado a nivel mundial. Por lo general, las clases altas siguen mejorando y los ricos son cada vez más ricos, las clases medias en muchos casos están retrocediendo, mientras los pobres siguen más o menos igual; en definitiva, se están gravando las desigualdades sociales. Por otra parte, algunas diferencias entre países disminuyen y China recorta diferencias corrigiendo ciertas desigualdades sociales, mientras en África no sólo no se recortan sino que se amplían. Las oportunidades de enriquecerse existen hoy en China, pero también en Estados Unidos o en España. 

-¿Qué niveles de corrupción se dan en la China actual? ¿Podrían aumentar de seguir creciendo el Producto Interior Bruto?

No lo asociaría necesariamente al PIB, pero sí que la corrupción es uno de los grandes problemas actualmente allí. Hay grandes problemas de corrupción dentro de la estructura del Partido Comunista. Corrupción hay en todos los países y en todos los sistemas, pero el problema es que en los países no democráticos y que no gozan de instituciones transparentes e independientes como los tribunales de justicia o medios de comunicación libres, es que están más desarmados para combatir la corrupción. A veces, en países como España que ahora sufre la lacra de la corrupción, da la sensación de que somos el país más corrupto del mundo y que nada funciona, y eso en parte es una imagen que puede estar distorsionada por el hecho de que cuando hay sistemas de control como los medios de comunicación –más o menos libres–, un sistema judicial –más o menos independiente y con todas sus deficiencias–, la corrupción acaba por verse. En un país con un sistema autoritario sin estas instituciones y sin multipartidismo, no se ve y es una gangrena que pudre toda la estructura social. Esto es lo que le puede estar pasando a China, con un partido monolítico que controla a todos los niveles poder y donde se generan sus castas propias, como la casta de la que hablamos ahora en España, pero dentro del Partido Comunista Chino. Esta casta ha estado protegida y ocultada entre algunas familias y además, en un contexto en el que se ha liberalizado la economía y ha habido oportunidades en la empresa privada, se han beneficiado en algunos casos de estas reformas para enriquecerse económicamente. Este problema tan grave de corrupción genera gran malestar social y una de las líneas del Gobierno es luchar contra ella para justificarse ante sus ciudadanos para hacer efectivo que se acabe con ella, promoviendo políticas como reformas judiciales para buscar la independencia de los tribunales, que están muy provincializados y controlados por los caciques.

-En España los comercios chinos tienen un gran éxito por sus extensas jornadas laborales y productos a bajo precio, pero no contamos con asentamientos o barrios chinos aún en las grandes capitales. ¿Prevé usted que esto ocurra?

Parece que no. Tenemos una historia de la inmigración china en nuestro país relativamente reciente, que data desde los años 80 aproximadamente. A lo largo de las últimas dos décadas ha sido especialmente intensa, puesto que a pesar de que otros inmigrantes vuelven a sus países de origen, los chinos no dejan de llegar. Es cierto que están muy integrados, de ahí que no se aprecie la conformación de barrios chinos y Sevilla es una prueba de ello. Aquí se insertan cada vez más en los barrios y pasan de montar pequeños negocios como fruterías a regentar bares. De hecho, en la Universidad empezamos a ver ya estudiantes chinos nacidos en España, hijos de inmigrantes chinos son ciudadanos españoles plenamente integrados. Parece que tienen bastante capacidad de integración social.

-Muchos bazares han borrado del mapa a comercios en España y Andalucía (Confecciones El Rubio, por ejemplo) o bien han terminado por incluir en nómina a trabajadores a sueldo autóctonos (El Corte Chino, Cafetería La Vega en Jerez…), ¿debemos cambiar nuestro modelo productivo o bien convivir con esta realidad?

Debemos cambiar nuestro modelo productivo pero por otras razones, no sólo por esto. Nuestro modelo productivo tiene problemas muy graves asociados a otros procesos. En relación con el problema que planteáis, los pequeños comercios tradicionales van a verse obligados a un replanteamiento del modelo de negocio. Los comercios chinos, con independencia de algunas dudas que surgen en torno a cierto componente de economía sumergida y al cumplimiento de las pautas de regulación laboral y de la Seguridad Social -lo cual también es responsabilidad de la Administración para inspeccionar, controlar y procurar que cumplan con la ley-, también se benefician de la libertad de horario para pequeños comercios y aprovechan esta oportunidad legal. El pequeño comercio español tendrá que adaptarse a esta circunstancia, ampliando por ejemplo sus horarios de apertura mediante figuras contractuales como aumentar las plantillas, o bien especializándose en otros segmentos y ofreciendo servicios con otras características como pueden ser el asesoramiento especializado o la oferta de un producto específico con unas determinadas pautas de calidad que no puedan ofrecerse en el otro negocio.

-China, con sus oportunidades de negocio, ¿es en el presente un destino adecuado para emigrar?

Están emigrando por ejemplo muchos arquitectos, un sector muy desfavorecido tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en España. Se dice que ahora China tiene otra burbuja en la construcción, pero que no ha terminado de estallar. Hoy por hoy, la adaptación a China es complicada puesto que el chino es un idioma complejo y su realidad cultural es muy distante a la nuestra y para los españoles existen otras oportunidades más asequibles y llevaderas, teniendo en cuenta además del mercado único europeo donde podemos movernos con cierta libertad. No veo que China vaya a ser un destino importante de la inmigración española en los próximos años por estas barreras culturales tan fuertes que comentaba que lo limitarán, aunque sí que lo podrá ser para personas con cierto espíritu aventurero y con alta capacidad de adaptación que puedan aprender el idioma, pero no lo veo como una tendencia que pueda cobrar fuerza.

-Muchas gracias por sus respuestas.

No hay de qué. Espero haberos ayudado.

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Además, tuvimos la fortuna de entrevistar a Juan Torres López, a quien le realizamos un cuestionario similar al anterior de Isidoro Romero, aunque centrándonos en las principales cuestiones macroeconómicas y sociales para así poder comparar posiciones y respuestas y, por tanto, conocer de esta manera dos perspectivas peculiares y diversas. Juan Torres es una figura reconocida en el plano nacional actual puesto que, junto a Vicenç Navarro, ha confeccionado el Documento Económico de Podemos, la flamante formación que ya es primera fuerza política en intención de voto en nuestro país según varios sondeos.

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El profesor Torres es un granadino Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad de Málaga, carrera que estudió siempre como becario. Desde 1981 es Doctor en CC. Económicas y Empresariales y dos años más tarde obtuvo la plaza de profesor Adjunto de Economía Política y Hacienda Pública en la prestigiosa Universidad de Granada. En 1984 se incorporó a la de Málaga como catedrático contratado, plaza que ocupó definitivamente como funcionario en diciembre de 1986 en el área de Economía Aplicada. Desde 2008 ejerce como catedrático en la Universidad de Sevilla en el Departamento de Teoría Económica y Economía Política. Durante toda su vida académica ha combinado la actividad docente e investigadora con la gestión de asuntos universitarios como Director de Departamento, Vicedecano, Decano de la Facultad de Derecho y Vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de la Universidad de Málaga, ocupando también el cargo de Secretario General de Universidades e Investigación de la Junta de Andalucía. Entre los libros de los que es autor destacan los manuales Economía Política (seis ediciones) e Introducción a la Economía. Otros de sus libros son Economía de la Comunicación de masas; Tecnologías de la Información. Impactos y usos sociales; Desigualdad y crisis económica. El reparto de la tarta; España va bien y el mundo tampoco; Neoliberalismo. Sociedad, trabajo y poder financiero; Toma el dinero y corre. La globalización neoliberal del dinero y las finanzas.

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También es autor de un manual de Economía y otro de Economía de la Empresa para bachilleres. Ha coordinado y dirigido libros colectivos como La otra cara de la política económica. España 1984-1994; Pensiones Públicas, ¿y mañana qué? y Venezuela a contracorriente. Los orígenes y las claves de la revolución bolivariana. Sobre la reciente crisis económica ha publicado La crisis financiera. Guía para entenderla y explicarla, con la colaboración de Alberto Garzón, un pequeño texto de divulgación distribuido gratuitamente por la red en versión pdf, del que se han realizado docenas de miles de descargas y que ha llegado a tener cerca de 500.000 referencias en páginas web de todo el mundo. En 2010 publicó Desiguales. Mujeres y hombres en la crisis financiera, con Lina Gálvez Muñoz y más tarde, La crisis de las hipotecas basura. ¿Por qué se cayó todo y no se ha hundido nada?, de nuevo con el dirigente de IU. Otro de los méritos que le reconocemos fue la participación como coautor en el best seller Reacciona y más recientemente ha publicado con Vicenç Navarro y Alberto Garzón Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar en España, con prólogo de Noam Chomsky, además de Lo que España necesita. Una réplica con propuestas alternativas a la política de recortes del PP. Ha firmado multitud de artículos cientificos o ponencias en reuniones y congresos y unos seiscientos artículos de divulgación económica y de análisis político. Asimismo, ha impartido docencia en diversas universidades, seminarios y realizado conferencias en todo tipo de foros. Ha dirigido nueve tesis doctorales y distintos proyectos de investigación y es también colaborador de numerosas organizaciones no gubernamentales, de asociaciones ciudadanas y sindicatos y ha actuado en ocasiones como consultor internacional y asesor de gobiernos e instituciones internacionales, siendo además miembro del Consejo Científico de ATTAC España. Aquí dejamos el vídeo de la entrevista que nos permitió hacerle en su despacho:

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La educación china como pilar de su crecimiento. Los chinos y su mentalidad trabajadora.

El sistema educativo en China se caracteriza principalmente por su competitividad. Durante las diferentes etapas del sistema existen numerosas pruebas de ello, pues los niveles de fracaso escolar son muy bajos y la tasa de alfabetización supera el 94%, según datos del Banco Mundial.

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Vamos a explicar la estructura desde los niveles básicos, empezando con la Educación Primaria que generalmente se inicia a los seis años y es obligatoria. Su duración suele ser de seis años, y durante el periodo de enseñanza obligatorio, las directrices de enseñanza contemplan atención tanto a cuestiones meramente académicas como a las morales y laborales. Al terminar la Educación Primaria se pasa al siguiente nivel educativo, la Educación Secundaria, que se dividida a su vez en Educación Secundaria de Primer Ciclo y de Segundo Ciclo. El primero suele tener una duración de 3 años y es obligatorio (las autoridades chinas han establecido un total de nueve años de enseñanza obligatoria). El segundo también tiene una duración de 3 años, aunque para entrar en este se debe de superar los exámenes de captación pertinentes.

Después de la Educación Secundaria se pasa a estudiar la Educación Profesional. Desde el año 1996, cuando se promulgó la Ley de Educación Profesional, se establecieron las bases para tener en el país una educación profesional bien estructurada. Dentro de ellas se diferencian varios niveles. Por último, se imparte la Educación Superior, que se da en universidades, institutos y centros de formación. Dentro de esta, tendremos que distinguir la Formación Profesional, la educación universitaria y los cursos de postgrado (máster y doctorado). El curso académico se estructura en torno a dos semestres de unas 20 semanas cada uno. El primero comienza en septiembre y el segundo, en febrero. La asistencia a clase es obligatoria.

Por otro lado, nos encontramos con el sistema universitario, que es bastante similar al de la mayoría de los países occidentales. El primer nivel de estudios universitarios, al que acceden los estudiantes tras concluir la enseñanza secundaria, es el “undergraduate”, similar al grado europeo, que tiene una duración de cuatro años. Inmediatamente después se encuentran el título máster, que se cursa durante tres años. Por último, el doctorado es el nivel universitario más elevado y su duración comprende los tres años.

Como ya sabemos, los idiomas son muy importantes en estos niveles de educación, por lo que en el nivel universitario los estudiantes chinos deben elegir al menos cuatro asignaturas cuatrimestrales en inglés. En los niveles de pregrado (“undergraduate”) se imparte chino, aunque las instituciones también realizan un esfuerzo cada vez mayor por internacionalizarse

En las universidades con más porcentaje de estudiantes internacionales, algo de lo que hablaremos más adelante, los profesores extranjeros imparten sus cátedras en inglés, sobre todo las relacionadas con el ámbito empresarial y financiero. En el caso de cursar estudios en mandarín, los estudiantes internacionales tienen que realizar uno o dos cursos académicos.

En lo que a financiación de los estudios se refiere, China posee una política de coste compartido en la cual los estudiantes aportan un porcentaje variable y dependiente de su nivel de renta. En este sentido se debe diferenciar entre los alumnos que se auto financian sus estudios y los que estudian gracias a una beca del gobierno.

Esta fórmula facilita el acceso a la educación superior becados por el gobierno, con lo que se pretende conseguir un acceso generalizado a la educación superior. En este sentido, en los últimos años se han puesto en marcha planes específicos orientados a personas con dificultades económicas. Estos planes incluyen becas, exenciones o reducciones de matrícula, trabajo a tiempo parcial o préstamos estatales.

Cuando sale la cuestión de por qué la educación en Asia es tan brillante, o cómo es que los orientales son más listos de los demás, se resuelve de manera muy fácil con la consigna “trabajo duro más que inteligencia”. Según explicó a la CNN Andreas Schleicher, consejero especial de Educación de la OCDE y responsable del programa PISA, «se trata de una cuestión de trabajo duro más que de inteligencia». A su juicio, «en China y Shanghái tienes nueve de cada diez estudiantes diciéndose «Depende de mí, si hago el esfuerzo, mis profesores me van a ayudar a tener éxito», mientras que en Japón más del 80 por ciento se niega a aparcar los problemas y el 68 por ciento rechaza renunciar fácilmente cuando encuentra una dificultad».

Aparte de sus motivaciones, lo cierto es que los alumnos chinos de las grandes ciudades se pasan el día entero estudiando y no descansan ni durante los fines de semana, cuando sus padres los llevan a clases privadas de piano, ballet, pintura o inglés. Por lo general, los escolares chinos tienen al menos nueve asignaturas y 34 horas de clases por semana, que se suman a los deberes y a las lecciones particulares de refuerzo que reciben al volver a casa por la tarde, que les suelen ocupar hasta por la noche.

En una sociedad tan competitiva como la china, los esfuerzos no los hacen los alumnos, sino también los padres, que se mudan cerca de los mejores colegios públicos para asegurarse de que sus hijos pasen el «gao kao», el examen que, al igual que la Selectividad en España, determina las notas de acceso a la Universidad. Para aprobarlo, los estudiantes deben memorizar durante tres años seis libros por asignatura. Como complemento, las familias invierten auténticas fortunas en cursos de idiomas y actividades extraescolares. El problema es que los alumnos chinos están tan ocupados estudiando que no tienen tiempo para descubrir lo que realmente les gusta, por lo que llegan a la Universidad sin una motivación clara.

Por último, hay que aclarar que el informe PISA solo tiene en cuenta a Shanghái y no a otros lugares menos desarrollados de China donde sus notas no serían tan altas.

Con respecto a los estudiantes que vienen desde el extranjero para estudiar su carrera en China, hay que decir que el país asiático le ha ganado el sitio dentro de la economía del conocimiento a Europa, llegando incluso a pisarle los talones a Estados Unidos.

Aunque EEUU sea el país que más estudiantes reciba, China es la que más rápido está incrementando el número de estudiantes extranjeros.

Para mayor exactitud, el números de estudiantes extranjeros que han ido a estudiar a China ha evolucionado a lo largo de los últimos años, pasando de los 260 000 que eran en 2010 a los 320.000 que se calcularon en 2012. Desde el 2000 el número de alumnos internacionales ha incrementado en más de un 400%, por lo que el crecimiento continua cada año y se hace patente ya que para el año 2020, esperan atraer a 500.000 alumnos internacionales y convertir el país en el mayor destino para el intercambio internacional en Asia. Ante esto, el gobierno chino se ha puesto a la marcha para firmar acuerdos de colaboración con las instituciones educativas de todo el mundo y en ofrecer becas y facilidades para fomentar una mayor comprensión de su cultura y su idioma a nivel mundial. Tal es el impulso del gobierno que se quiere dar movilidad estudiantil que para 2015 se planea financiar 50 000 becas para alumnos extranjeros.

Después de explicar la posición de China ante la recepción de extranjeros, vamos a exponer una relación entre China y España, comenzando con el español en China. En la actualidad, el país asiático quiere continuar reforzando de forma prioritaria la penetración del español en la enseñanza secundaria. En ese sentido, ha sido fundamental la implantación de la Consejería de Educación en 2005 y la labor realizada desde allí en los últimos años, en estrecha cooperación con las autoridades educativas locales.

El español se impartió entre los años sesenta y setenta en China en escuelas primarias y secundarias, aunque posteriormente se interrumpió la enseñanza a ese nivel. Según información facilitada por la Consejería de Educación, existen en estos momentos unas 40 escuelas en China continental que imparten cursos de español. La cifra ha aumentado exponencialmente en los últimos años, ya que en el año 2005 solo había 5 escuelas.

Con el fin de incentivar la creación de departamentos de español en escuelas secundarias chinas, se les ofrece la posibilidad de suscribir convenios de colaboración con nuestro Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Actualmente se han firmado estos acuerdos con siete centros educativos (seis de enseñanza reglada preuniversitaria) y, desde la Consejería de Educación, se está en contacto con varias escuelas que han solicitado la firma de un memorando de colaboración semejante para apoyar su próxima apertura de un departamento de español.

Finalmente, dos centros (Escuela de Lenguas Extranjeras de Beijing y Escuela de Lenguas Extranjeras de Jinan) se han incorporado al programa de Secciones Bilingües que el Ministerio de Educación español implantó en un número reducido de países europeos y a través del cual se proporciona un profesor español que percibe una retribución mensual del Gobierno español, así como el pago de los gastos de viaje a China. Asimismo, cada año reciben una dotación de recursos bibliográficos y audiovisuales.

Por otra parte, es importante destacar el hecho de que, en los últimos años, 57 universidades de España han firmado más de 400 acuerdos con unas 170 universidades de la República Popular, que fomentan los intercambios de profesores y de alumnos y, en algunos casos, podrán ofrecer titulaciones dobles en el futuro.

Desde el establecimiento de la Consejería de Educación de la Embajada de España en Pekín, se han suscrito también tres importantes documentos, que suponen una hoja de ruta para la cooperación educativa en la enseñanza reglada, estos documentos son un acuerdo en materia de reconocimiento de títulos y diplomas entre el Gobierno del Reino de España y el Gobierno de la República Popular de China, firmado en Pekín en octubre de 2007, un memorando de entendimiento en materia educativa, firmado en la misma fecha, y además, un plan Ejecutivo de Cooperación e Intercambio Educativos para el período 2011-2014, firmado en octubre de 2011.

Todos los aspectos no son positivos, por ejemplo uno de los principales obstáculos que impiden el crecimiento del español en China en función de la demanda, lo que se conoce como «cuello de embudo» para su posicionamiento definitivo como segunda lengua extranjera en el país, es la falta de profesores cualificados, que viene determinada por diversos y complejos factores.

Según la información recabada en el Ministerio de Educación de la R. P. de China, en las universidades más reconocidas del país, solo se ha podido atender en los últimos años a menos del 30% de las peticiones de estudiantes universitarios que querían matricularse en español. Eso quiere decir que más de un 70% quedaron desatendidas y se decantaron por otras especialidades o que, en el mejor de los casos, lo estudiarán de forma privada simultáneamente. De nuevo, estas autoridades señalan como causa principal de la aplicación de ese cupo la escasez de profesorado cualificado. El número de docentes en la enseñanza reglada asciende a unos 600, cifra totalmente insuficiente para acometer la creciente demanda de cursos de español en todo el país.

Una de las razones fundamentales es la brecha provocada por la interrupción de estudios universitarios en los años sesenta y setenta, durante la Revolución cultural, que sin duda ralentizó el relevo generacional; tiende, además, a agudizarse a medida que se van produciendo jubilaciones de profesores de las generaciones pioneras, aunque muchos de los profesores jubilados dirigen nuevos departamentos creados en provincias. Por otra parte, es indudable el atractivo que supone hoy en día para los jóvenes bilingües la pujante demanda de profesionales para el sector de los negocios, frente a los reducidos salarios de los docentes y la necesidad de que estos —al menos en las universidades más importantes— deban contar al menos con una titulación de máster. En la Universidad de Beijing se exige incluso la titulación de doctor, existiendo solamente en China tres centros que ofrecen esos estudios de doctorado en Filología Hispánica y con muy limitadas plazas de acceso.

Con respecto a los estudiantes chinos en España, tenemos que apuntar que muchos estudiantes de español, tanto en universidades como en la enseñanza no reglada tienen intención de continuar estudios en universidades de países hispanoparlantes, siendo España una primera opción. Entre las especialidades que cuentan con mayor acogida figuran, en primer lugar, los estudios de Economía y Administración de Empresas en muchas de nuestras prestigiosas escuelas de negocios (un 37,56%), seguidos de los estudios de Turismo (un 17,19%) y de los estudios relacionados con el Hispanismo, Enseñanza del Español como Lengua Extranjera y Traducción (13,20%). En el cuarto grupo se incluirían especialidades diversas, como Ingenierías, Ciencias de la Información, Arte, Arquitectura o Diseño.

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Estas son unas curiosas fotografías que realizamos en Sevilla, en la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte situada en el Antiguo Matadero, en las cuales observamos carteles en los que se ofrecen cursos para chinos y clases para obtener el permiso de circulación de vehículos.

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En la actualidad, aproximadamente unos 4.000 chinos estudian en España, cifra aún muy reducida, teniendo en cuenta las infraestructuras de nuestras instituciones docentes pero quizás relacionada con el cuestionable atractivo de nuestra oferta educativa. En los últimos años se ha facilitado considerablemente el proceso de tramitación para el visado de estudios, algo fundamental puesto que nuestras universidades están muy interesadas en ampliar la presencia de alumnos chinos y en incrementar los programas de intercambio y colaboración. Cada año se celebran dos importantes ferias de educación en la capital china y otras muchas en provincias. Estas ferias pueden ser una plataforma para dar a conocer la oferta académica en español, con el fin de reforzar la envergadura anual del desembarco de España como país destino para la enseñanza del idioma y otras especialidades.

No olvidemos el gran impacto multiplicador que supone ese flujo de estudiantes chinos, ya que los ex alumnos volverán cualificados a China, difundirán de manera natural una imagen positiva de España, se ubicarán profesionalmente y con gran facilidad en instituciones, organismos o empresas con intereses en el mundo en español o se implicarán en la docencia de la lengua; los lazos harán que vuelvan a España de turismo o para visitar a amistades, propiciarán probablemente que consuman productos españoles y, finalmente, que trasladen a sus hijos un genuino interés por lo español.

China es ya el principal emisor de estudiantes del planeta, con cerca de 1,27 millones de estudiantes fuera de sus fronteras. En 2010 más de 280.000 estudiantes se desplazaron a otro país para estudiar, cifra que se viene incrementando a un ritmo del 25% en los últimos años. Los visados por estudios a España se han incrementado en más de un 130% en los últimos cuatro años.

La educación del hijo único es una prioridad familiar. Crece día a día la necesidad de buscar nuevos destinos y productos educativos para completar la formación de ese joven, que se inserta en un mercado laboral cada vez más competitivo. El sistema educativo nacional es extremadamente exigente y eso hace que muchas familias, preocupadas ante la dura competencia para el acceso a estudios superiores decidan mirar hacia el exterior. Los hijos mayores, recordemos que con la política del hijo único pueden ser hasta seis los integrantes de la familia, contando a padres y abuelos, están dispuestos a apoyar incondicionalmente la educación de los menores. Y eso, en muchos casos, pasa por una salida al exterior. Los padres buscan en las ferias de educación y en las agencias educativas que facilitan a veces a un alto precio las gestiones de matriculación en el exterior destinos propicios para que sus hijos completen su formación en todo tipo de licenciaturas, maestrías e idiomas, más allá del inglés.

Ha aumentado considerablemente el número de estudiantes de enseñanza secundaria que cursan estudios en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, Reino Unido, Australia o Canadá. Todavía no se plantea esa opción para escuelas españolas, sobre todo por las limitaciones en materia de visados para menores. En las mencionadas ferias y exposiciones educativas es cada día mayor la presencia de colegios internacionales, universidades, escuelas de negocios, academias de idiomas, etc., ya que el sector de la educación genera importantes recursos económicos. Cada año aumenta el número de instituciones docentes públicas y privadas de países extranjeros. En ese sentido, nuestras universidades, con una excelente relación de calidad y precio, son extraordinariamente competitivas en el sector, aunque hasta hace poco tiempo la complejidad en materia de visados de estudios era una barrera que limitaba sus expectativas.

Mientras que la lengua China en España, lejos de convertirse en un hecho aislado, ha pasado a ser más que una moda. Cada vez más personas se atreven a adentrarse en el mundo del “mandarín”, una demanda que ha llevado a un aumento de las franquicias de chino y de los cursos de esta lengua en las instituciones idiomáticas. Sea por hobby o por trabajo, lo cierto es que se trata de uno de los idiomas que más puertas abre y mejores oportunidades otorga en la actualidad. Desde que el chino se introdujera en las instituciones de idiomas de nuestro país y se estableciera como una lengua más en las academias de idiomas, sumado a las que se dedican a ofertar el estudio del chino exclusivamente, se han multiplicado las personas que se han interesado en el aprendizaje de esta lengua oriental. El número de estudiantes de chino, ya asciende a 40.000, un crecimiento notablemente rápido teniendo en cuenta que cinco años atrás el número era de 5.000.

Aprender esta lengua cada vez más presente en España, no entiende de edades. La mayoría de los estudiantes de chino, unos 25.000, no alcanzan la mayoría de edad, mientras que en el lado contrario estarían los adultos, unos 10.000 menos, y que deciden involucrarse en este idioma, especialmente, con vistas a mejorar a sus oportunidades laborales. Hay que señalar, que de todos ellos, hay un mayor interés por el chino en Madrid, Cataluña, Valencia y País Vasco.

Lejos de la falsa creencia de que los españoles no son los más capacitados para adquirir conocimientos en idiomas, la enseñanza de chino está teniendo un gran éxito entre los españoles. Asimismo, se trata de uno de los idiomas más complejos, por lo que se deben emplear bastantes horas de estudio y de lectura. Además, se recomienda que los profesores sean nativos y también que se participe en actividades con el fin de involucrarse en una cultura que mucho se aleja de la existente en España. Debido a la convivencia con la cultura oriental, el chino ha aumentado su importancia en España. Aprender el idioma asiático se ha convertido en una oportunidad de aumentar las posibilidades y oportunidades laborales, sumado a un aumento del bagaje cultural que siempre supone adquirir conocimientos en una lengua extranjera. Los cursos y las franquicias de chino se convierten de este modo en protagonistas de un momento en el que el idioma es un punto más que relevante en la formación de la persona.

Hoy día ya podemos hablar del chino en Andalucía como realidad, pues el futuro no tan lejano pasa por China. Así lo entienden las autoridades educativas andaluzas. En la actualidad, 3.000 niños andaluces estudian chino como segundo idioma. En Andalucía nos encontramos con 17 Centros, Institutos y colegios, de los cuales cinco están en Sevilla (Colegio Público Ortíz de Zúñiga, el IES Triana, IES Sevilla Este, IES Itálica de Santiponce y en el Instituto de Educación a Distancia de Andalucía (IEDA). En total, 450 alumnos que están aprendiendo el chino como segundo idioma), que han implantado estas clases. Sus profesores los facilita el Gobierno de la República China, tras un acuerdo con la Junta de Andalucía. Es la primera comunidad autónoma que implanta este plan de estudios en España. Lo que tienen claro el director general de Educación, Pedro Benza, que apuesta por esta línea innovadora de futuro. Recuerda Benza de aunque el programa comenzaba con 1.600 alumnos en toda Andalucía, actualmente se cifra en 1948 alumnos. Un proyecto experimental que se está implantando con fuerza en 17 centros en toda Andalucía. China se está convirtiendo rápidamente en un agente global clave y su importancia y potencial no deben ser ignorados. El hecho de aprender el idioma, de tener experiencia laboral en China y de haber vivido en este fascinante país constituye activos de valor incalculable.

A la hora de decantarte por estudiar el chino, hay una series de razones a tener en cuenta, como que es el idioma más hablado del mundo o que dominar el chino mejorará tu currículo para futuras posibilidades laborales y supondrá una gran ventaja competitiva en el mundo laboral. Además, China ya juega un papel cada vez más importante en la economía mundial y se predice que se convertirá en la mayor economía del planeta con todas las letras, superando a los Estados Unidos. También hay que tener en cuenta que adquirir conocimientos básicos de mandarín será muy útil cuando quieras viajar por China, ya que la mayoría de la población china no tiene conocimientos de idiomas extranjeros, por lo que sería esencial poder interactuar con la población local para tener la posibilidad de descubrir diferentes culturas, valores y estilos de vida. Además, saber chino mandarín es una puerta para adentrarse en una de las más antiguas y fascinantes culturas del mundo y así poder apreciar su herencia cultural. El hecho de poder hablar un idioma extranjero como el chino, que es completamente distinto a nuestra lengua materna, y poder escribir sus caracteres es una experiencia verdaderamente gratificante para quienes lo han estudiado. Para realizar negocios en China es muy útil para futuros proyectos empresariales en este país, ayudando a establecer mejores relaciones con posibles socios chinos como nos comentaron algunos de nuestros entrevistados.

Quisimos y precisamos la ayuda de algún profesional de este campo para comprender el éxito chino y su relación con la educación pública que allí tanto se promueve. Nos resultaba interesante para abordar este punto, entrevistar a algún docente. No pudimos dejar pasar por alto la experiencia de conocer el testimonio y la perspectiva de una profesora de Lengua China nativa. Al tener contacto con ella y posteriormente indagar algo sobre su vida, descubrimos que resulta un buen ejemplo y muestra de cómo a través del esfuerzo, los chinos suelen conseguir en muchos casos y en poco tiempo notables éxitos académicos y laborales. Meijuan Han nació en Pekín hace sólo 25 años y a día de hoy ya es Diplomada en Idioma y Literatura China, Secretaria de Relaciones Exteriores de Alto Nivel por la Capital Normal University de Pekín y Licenciada en Magisterio en Enseñanza del Chino para Hablantes de Otros Idiomas por la misma universidad, donde también obtuvo el certificado oficial del College English Test-6 de Inglés. Cuenta también con diplomas del Programa de Formación del Profesorado Chino organizado por el Instituto Confucio y del Curso de la Lengua Española en el Instituto Cervantes A1, A2, B1 con el Certificado de DELE B1 (Diploma de Español como Lengua Extranjera). Fue además voluntaria y ayudante en la programa “China Education Tour” en la Capital Normal University a principios de 2010, hizo unas prácticas de Información de Auditoría en la empresa Baidu de la misma ciudad y ahora ejerce como profesora de Lengua China en el IES Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. Este mismo año ha sido también representante de profesorado de “Fortalezas y retos en la enseñanza del chino” en las II Jornadas de Enseñanza de la Lengua y Cultura Chinas en Sevilla. Aquí presentamos la conversación que pudimos mantener:

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¿Qué motivos hay detrás de su salida de China? ¿Vio en España una oportunidad laboral atractiva? ¿Por qué?

El motivo real de mi salida de China se debe a que yo estudié un Master para enseñar el chino como segunda lengua, por lo que debía buscarme algún destino atractivo donde poner en práctica mis conocimientos. Una vez terminados mis estudios me planteé ir a Sudamérica, pero esta idea no llegó a fraguarse y al poco tiempo se me presentó la oportunidad de de venir a España y comenzar mis prácticas. Lo tuve bastante claro ya que no podía dejar pasar este tren.

-Cuando se habla del crecimiento económico chino y de la República Popular como el país más rico del mundo, ¿lo percibe usted en la población o bien cree que sólo son datos macroeconómicos?

Creo que actualmente se vive mucho mejor que antes. Han aumentado los sueldos por lo que ahora la gente gana y gasta más, y por consiguiente la calidad de vida se ha alcanzado unas cotas impensables años atrás. Bien es cierto que China se desarrolla a ritmos forzados y cada vez que vuelvo a China veo a mi ciudad muy cambiada. Soy de Pekín, por lo que cada vez que regreso veo como abren nuevas infraestructuras como centros comerciales o líneas de metro. Todos estos aspectos hacen que la sociedad disfrute de una serie de mejoras que le facilitan su vida diaria. Por otro lado, siempre debemos reseñar los aspectos negativos, y es que en China las personas que están dentro del umbral de la pobreza siguen manteniendo esta posición y las diferencias con las clases más poderosos siguen acrecentándose. Este problema siempre ha existido en China y no han sido capaces de solucionarlo, aunque es cierto que está disminuyendo.

 -Ahora allí crecen a unos niveles envidiables. ¿Cree que estar aislados fue un aprendizaje?

Sí, ya que al estar aislados ahora queremos aventurarnos y conocer cosas nuevas. Hace unos meses pudimos ver cómo el presidente del gobierno de España viajó a China, y esto es sólo un ejemplo de las múltiples reuniones internacionales que se producen en mi país, como también lo es la reunión de la APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation, en español Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico). China cada vez se está abriendo más al mundo exterior y creo que puede ser beneficioso para todos.

-Sabemos que en China el Gobierno invierte muchísimo dinero en Educación pero, ¿procura también que las personas desfavorecidas o con menos recursos accedan al sistema educativo?

Sí, este es un tema en el que se ha estado trabajando y en el que se ha mejorado mucho. Para nosotros la educación primaria y la secundaria es gratuita. Por otro lado, las personas con menos recursos pueden solicitar diferentes tipos de becas para entrar en la Universidad, por lo que hoy en día, salvo excepciones, cualquiera puede acceder a una carrera universitaria.

¿Cree que en materia educativa aquí tenemos cosas que aprender de China?

Los alumnos me han comentado que los años de bachillerato y secundaria van a cambiar. Nuestro sistema educativo establece tres años de Educación Secundaria y tres años de Bachillerato. En el sistema español se desarrollan cuatro años de educación secundaria y dos años de bachillerato. No sé si los españoles deben cambiar su modelo educativo y aprender de nosotros, pero yo pienso que el modelo chino es mejor porque con cuentas con un año más para preparar la entrada en la Universidad.

Según la experiencia que saco del día a día con mi clase, creo que los alumnos necesitan más disciplina y saber estar. Desde el extranjero hay una idea muy extendida de que en nuestro país hay sistema es muy estricto, pero creo que aquí necesitan cambiar estos aspectos. No deben copiar el modelo chino, pero sí que necesitan una mayor dosis de disciplina.

 -China es tan grande que más que un país es comparable a todo un continente y esto también facilita que sea un potente motor económico. ¿Qué aspectos negativos puede tener el poseer este gran tamaño para la propia China y para el resto del mundo?

China, al ser un país tan grande, donde vive tanta gente, encontramos grandes diferencias dentro del territorio, sobre todo entre el norte y el sur. Aspectos como lengua o la comida adquieren rasgos distintivos dependiendo del lugar en el que nos situemos, no todo el mundo habla la misma lengua ni toma los mismos alimentos. Las personas del norte se suelen comunicar en mandarín, pero si nos desplazamos al sur de China, difícilmente llegaremos a establecer comunicación con los que allí residen. China es un único país pero cuenta con este inconveniente.

 ¿Qué tiene principalmente China que no tenga España y viceversa?

La tortilla de patata (risas). Lo que más me sorprendió de mi primer año en España fue que aquí las personas mantienen una relación muy abierta. Vine sola y pensaba que me costaría mucho relacionarme con los demás, pero no fue así. Disfruté mucho de mi primer año gracias al apoyo de mis compañeros, de mis jefes y de las familias de mis alumnos ya que me permitieron poder hacer amigos españoles. En este país la gente es muy cariñosa y amable, y comparándolo con nosotros existe una gran diferencia puesto que nosotros somos más reservados. Por último, creo que hay que señalar que en España gente es más independiente a diferencia de lo que sucede en China.

 -Su país de origen domina la economía mundial en la actualidad pero no ocurre así con la cultura. ¿Cree que China debería exportarla en mayor medida?

Nuestra cultura es muy diferente a la del resto del mundo. Los españoles, al igual que los estadounidenses, tenéis muchas cosas en común como es el caso de la lengua. Nosotros sin embargo, en el tema de la comida o de la lengua somos muy distintos. Es muy difícil tratar de condicionar el hábito de una sociedad pero soy partidaria de que es positivo participar o probar cosas nuevas como la comida. Es complicado introducir nuevos elementos culturales porque yo sé que aquí hay mucha gente a la que no le gusta la verdura o las cosas picantes, que son dos de los ingredientes claves de la comida china. Si algo no te gusta desde un principio es más complicado que termine gustando con el tiempo. Puede probarlo, pero necesitas mostrar interés por lo nuevo.

 ¿Cree que es significativo el número de chinos que mantienen a sus familias con lo que ingresan en el extranjero?

Creo que el número de chinos que han optado por esta técnica de trabajo es bastante elevado. En España muchos chinos vienen a hacer negocios, abren sus tiendas y tratan de conseguir el máximo dinero posible. Creo que uno de los motivos principales que hacen que los chinos emigren a países como España es que en China trabajan prácticamente el doble y apenas pueden ofrecer dinero a sus familias.

¿Qué ha podido mover a sus alumnos a aprender chino? Sabemos que muchos de los pequeños son adoptados de origen chino pero, ¿y los adultos?

Dispongo de varios grupos, divididos según el nivel de dificultad y la edad. Dentro de mi clase, hay un grupo bastante peculiar que lo componen los padres de mis propios alumnos que quieren conocer el idioma de sus hijos adoptados. Ellos ven la necesidad de poder comunicarse diariamente con sus hijos en un segundo idioma y que lo dominen de la mejor forma posible. Los adultos creen que el chino es cada vez más importante, que está de moda. Al ser China un país tan relevante ahora, tienen la idea de que pueden tener más oportunidades para trabajar en un futuro.

 ¿Qué podría interesar de China a un español que se plantea emigrar?

Para vosotros existe el atractivo de poder enseñar español en un país donde viven millones de personas. En China existen Institutos Cervantes donde se imparten clases de español. Además, como últimamente han aumentado las relaciones entre España y China, seguro que hay mayores oportunidades de negocio y alguna empresa internacional podría ser un buen destino donde encontrar un puesto de trabajo. Para vosotros resultaría más divertido poder abrir un pub o una discoteca, porque en China no hay bares del estilo español y creo que eso podría resultar una opción interesante.

 -El idioma chino es percibido como una lengua compleja de aprender para muchos españoles. ¿Puede ser esto, unido a la cultura que percibimos como lejana, un motivo por el que no emigren tantos españoles hacia allí?

No creo que sea por el idioma, puesto que lo que más influye es tu propio interés. Yo tengo alumnos que quieren ir a China para poner en práctica sus habilidades y ayudar a la gente de mi país. Estas personas tienen un objetivo concreto, ya que quieren aprender chino, aunque les resulta complicado, tienen la inquietud de vivir experiencias nuevas y conocer un país tan fascinante como es China. En mi opinión el idioma no debe resultar un obstáculo puesto que cuando yo llegué a España no conocía nada del idioma, salvo palabras claves como «hola», «adiós» y «gracias».

¿Considera que los chinos aspiran preferentemente a encontrar trabajo en su propio país o entra en sus planes emigrar?

Creo que la idea de encontrar trabajo fuera de China está extendiéndose cada vez más. Antes no sucedía esto ya que nosotros intentamos mantener la tradición de quedarnos con nuestra familia, puesto que lo es todo para nosotros. Sin embargo, actualmente los jóvenes están mejor formados, tienen más conocimientos y quieren salir de casa, salir del país y hacer su vida propia.

¿Es fácil para la comunidad china la adaptación en nuestro país? ¿Qué principales dificultades encuentran?

Sí, es muy fácil. Tal y como he comentado antes, la relación con las personas es lo más importante. Si me llevo bien con la gente es todo más llevadero y el estrés de vivir sola, lejos de mi hogar, queda en un segundo plano. Lo más difícil a mi parecer es la adaptación a la comida, echo de menos la comida china. Por lo demás, todo bien.

 -A muchos chinos se os ve perfectamente integrados aquí en Andalucía y España, de hecho no contamos con asentamientos similares a los de las China Town de algunas grandes capitales mundiales. ¿A qué se podría deber esto?

Por mi parte, conocer a mis amigos; son muy cariñosos. Sin embargo, en la sociedad china hay poca confianza entre la gente, pero cuando venimos a España y vemos que la gente es tan abierta y tan cariñosa, nos damos cuenta que nosotros realmente también somos así, que no somos malas personas, que nos queremos llevar bien con los demás y nos gusta integrarnos en la sociedad española.

 -A veces, por aspectos culturales, parece que los chinos que aquí trabajan viven para ello casi exclusivamente y al jubilarse es cuando se dedican a disfrutar del dinero ahorrado, ¿es esto así? ¿Disfrutan ustedes el ocio a edades tempranas?

Creo que realmente no es así. Los chinos son personas que ahorran mucho dinero, pero no gastan tanto en su jubilación. Nosotros tenemos la costumbre de ahorrar dinero para gastarlo luego, pero esto nos impide disfrutar de la vida. Nos inculcan desde pequeños que lo más importante es estudiar o trabajar, ir a un instituto bueno, a una universidad prestigiosa, y conseguir un trabajo digno. Todas las directrices van encaminadas en lograr el éxito a base de trabajo. No es como aquí, en España, el trabajo y la vida personal están separados. En China llegamos a un punto en el que es necesario que tu jefe te de permiso para volver a casa.

¿Qué trabajos quieren hacer los chinos cuando están estudiando?

Cada persona tiene sus propios gustos, no es una cosa concreta.

¿Para una persona que está estudiando chino qué es más difícil leer, escribir o hablar?

Creo que lo más difícil es escribirlo, aunque bien es cierto que para leer es necesario que te sepas los caracteres y debes memorizarlos. Además, la pronunciación conlleva el problema de los tonos puesto que nosotros tenemos cuatro diferentes. Según mi experiencia, a los alumnos esto les cuesta mucho trabajo.

-Para terminar, ¿es ya el momento de aprender chino?

China sigue creciendo y el inglés se mantiene como segundo idioma en gran parte del mundo. El chino es cada vez más importante pero no llega a sustituir al inglés.

-Muchas gracias.

No hay de qué.

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Perpectivas de futuro y aportaciones críticas. La visión de los profesionales del periodismo para comprender el proceso hegemónico chino. Conclusiones.

Mientras se busca un cambio de modelo de crecimiento, para hacerlo sostenible, los datos siguen estando por encima de las previsiones macroeconómicas y los objetivos del Gobierno. Para el periodo del XII Plan Quinquenal (2011-2015), el Gobierno ha marcado un objetivo de crecimiento anual de 7%, frente al 7,5% marcado para el periodo del anterior plan (2006-2010). La OCDE en su último informe económico presentado en mayo espera un crecimiento del 7,8% para todo 2013 y 8,4% en 2014. El Gobierno Chino por su parte espera un crecimiento del 7,5%, para ello establece el crecimiento de precios en un 3,5%, impulsar los intercambios comerciales en un 8% y promover un mayor consumo interno. Efectivamente, instituciones internacionales y bancos estiman que la tasa anual de crecimiento girará en torno a 7,6%.

En el Informe sobre la Labor del Gobierno, presentado durante la XII Asamblea Popular Nacional, se anunció que se llevará a cabo una política fiscal activa, aumentando el déficit fiscal y la deuda pública 2% (déficit/PIB); se aumentará el nivel de inversión pública, la mejora del sistema agrícola; el ahorro energético y la reducción de emisiones, pues se estima que en 2015 todas las ciudades de nivel prefectoral o superior estarán cubiertas con medidores de partículas finas (PM2.5); se priorizarán los sectores relacionados con las condiciones de vida del ciudadano (educación, sanidad,…). Además, el déficit presupuestario en el periodo 2013-2017 se estima que ronde en torno al 1,7% del PIB, por debajo del déficit estimado en 2012 (2,2%), y se ha establecido el objetivo de aumentar el salario mínimo un 13%, anualmente, hasta 2015.

En general, todas las previsiones fijan un crecimiento alto en los próximos años, pero que entra en una senda de moderación, a pesar de seguir estando muy por encima de las previsiones para los países más desarrollados. El FMI calcula que en 2016 China habrá superado a EE.UU en PIB en Paridad de Poder Adquisitivo (PPA). China deberá previsiblemente reducir la dependencia de su crecimiento de la inversión y las exportaciones netas, e incrementar el consumo privado en relación al PIB. Es decir, la única forma de reequilibrar su economía es haciendo que el consumo crezca por encima del PIB.

Hasta ahora, las economías domésticas han suministrado los recursos para el saneamiento de los bancos chinos, sufragar la agresiva política industrial del país y el apoyo a las empresas públicas y exportadoras por diversos mecanismos más o menos ortodoxos. La renta disponible de los hogares y el consumo han crecido menos que el PIB: entre 1991 y 2008, la renta disponible de los hogares urbanos ha crecido a una tasa media anual de 8,2%, sensiblemente inferior al crecimiento medio anual del PIB de 10,3%. En el futuro, el crecimiento de la renta disponible de los hogares, que determina el consumo, representará el margen superior de crecimiento del PIB (exportaciones netas e inversión previsiblemente crecerán por debajo) y el ratio consumo privado/PIB romperá su tendencial retroceso (en la actualidad, se encuentra algo por encima de 35% del PIB, cifra muy alejada de la de cualquier país OCDE).

En la medida en que se sigan transfiriendo recursos masivamente de las familias al sector público, financiero, industrial y exportador, el tope superior de crecimiento del PIB, esto es, el crecimiento de la renta disponible de los hogares, se podrá ver mermado. De ahí, la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales de calado que permitan el crecimiento del consumo, el desarrollo y liberalización de los servicios, la reducción del papel de la administración pública en la asignación de recursos y la puesta del sector público empresarial en pie de igualdad con las empresas privadas a la hora de captar recursos.

Debemos ser enormemente críticos con la información que nos llega desde China, al no mostrar más perspectivas de las informaciones que la propia del Gobierno. La agencia oficial de prensa Xinhua está en el centro de la censura y la desinformación creadas por el Partido Comunista. En 2005, Reporteros Sin Fronteras la consideró «la mayor agencia de propaganda del mundo». A pesar de que cada vez se la cita menos frecuentemente como una fuente creíble -cerca de un tercio de los artículos informativos seleccionados por Google News en aquella fecha, sobre la actualidad en China, procedían de la agencia-, Xinhua, cuyo director tiene rango de ministro, es el elemento central del control de los medios de comunicación chinos. Heredera de la agencia China Roja, fundada por Mao Zedong, Xinhua adoptó su actual nombre en enero de 1937. Desde octubre de 1949, esta agencia de prensa estatal está totalmente subordinada al PCC. A pesar de haberse producido una cierta liberalización económica en el mercado de los medios de comunicación, Xinhua continúa siendo la voz del Partido único. Los periodistas, seleccionados y frecuentemente adoctrinados, producen despachos para los medios de comunicación chinos, que ofrecen el punto de vista oficial, y otros -clasificados como “referencias internas”- para los dirigentes. También podemos relacionar esta agencia con el crecimiento chino en todos los aspectos en nuestro país con su desembarco en Madrid, con una sucursal en Arturo Soria desde 2013 y otra prevista para Barcelona, con el objetivo de «ampliar» su peso en el mercado hispano y utilizar su presencia en la Península como trampolín para crecer en América, principalmente Latina. Más allá de la elaboración y divulgación de noticias, la agencia estatal busca «difundir la línea, principios y políticas del Partido Comunista de China», tal y como recoge el objeto social de la sucursal publicado en el BORME (Boletín Oficial del Registro Mercantil) desde su constitución. A su vez, la sociedad aspira a «orientar correctamente la opinión pública nacional y extranjera» y «reflejar aspiraciones y demandas de las masas populares»

Hemos querido, por todo ello, contar con la experiencia, la visión y la crítica de algunos periodistas de cierto renombre que ejercen o han ejercido como corresponsales allí. Para ello, nuestra intención ha sido la de procurar la mayor pluralidad, por lo que se ha tratado de contar con profesionales de diferentes medios y posiciones ideológicas, en concreto tres informadores. Les hemos realizado las mismas preguntas, para así observar y comparar en mejor manera sus pensamientos, en ocasiones divergentes, sobre la realidad de China.

Uno de ellos es Alberto Lebrón (A.L.), Máster en Economía y Finanzas por Renmin University of China  y ejerce como Corresponsal Económico para toda la región Asia-Pacífico desde 2008, habiendo sido Jefe del Bureau del mismo nombre en Intereconomía y trabajado para Business TV. Anteriormente, se licenció en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ahora dirige el programa “Capital desde Asia”, emitido diariamente por Capital Radio, un espacio, en palabras de él mismo “desde/sobre/con China”. También es miembro del Claustro Senior de Cátedra China y actúa como árbitro permanente para la revista mexicana Nóesis (Universidad Autónoma – Ciudad Juárez). A sus producciones televisivas para España y América Latina, desde la cumbre del G-20 de Seúl hasta Tailandia, debemos sumarle otras como comentarista de asuntos económicos para el canal chino en español CCTV a las que se unen colaboraciones con Dirigentes Digital, así como la realización de coberturas especiales para Mediaset España, recientemente en Hong Kong debido a la revuelta ciudadana y las protestas de la Umbrella Revolution o Revolución de los Paraguas. Sigue viviendo en China y parece que entra en sus planes seguir haciéndolo a largo plazo, pues comparte su día a día en la República Popular junto a su esposa a la que conoció allí y está satisfecho con las oportunidades de las que goza en este país.

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También pudimos hablar con Esperanza Calvo (E.C.) que es una periodista con más de 15 años de experiencia en televisión y prensa escrita. Actualmente es redactora en la sección de Economía de Informativos Tele5. Entre 2011 y 2014 fue la corresponsal de Mediaset España en Asia-Pacífico, con base en Pekín. Cubrió noticias como la desaparición del vuelo de Malaysia Airlines MH370, el Tifón Yolanda en Filipinas y ha trabajado en Corea del Norte, considerado por muchos y ratificado por ella “el país más hermético del mundo”. En cuanto a su labor en China, narró acontecimientos de la talla del XVIII Congreso del Partido Comunista Chino y el nombramiento de Xi Jinping como Secretario General o la caída en desgracia del dirigente Bo Xilai, entre otros. Ha trabajado además para Antena3 TV como redactora de “A Fondo” (sección de reportajes de los Servicios Informativos) y en una anterior etapa realizando la misma labor en los programas semanales “Alerta 112” y “Sin Límites”, con una cobertura especial de los atentados del 11-M. Realizó prácticas en CNN+ y también trabajó para TVG, la televisión autonómica gallega. Es Máster Oficial en Comunicación para la Defensa y los Conflictos Armados por la Complutense de Madrid y licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca y se encuentra estudiando actualmente también Historia en la UNED. En 2011 recibió el Premio del Ministerio de Defensa de España por un reportaje sobre la lucha contra la piratería en Somalia, así como tiene otros tres galardones de la Fundación Gallega contra el Narcotráfico por reportajes sobre este asunto. Se reconoce como una defensora de la enseñanza pública al igual que su marido, sevillano que fuese reportero gráfico en China en la corresponsalía de TVE. En esta entrevista nos aporta su punto de vista sobre la República Popular, común de ambos en algunos puntos.

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Por otro lado, tuvimos la oportunidad y la suerte de contar con el testimonio de Mario Saavedra (M.S.), Jefe de Informativos y presentador de Información Capital, el programa diario de información general en la emisora económica Capital Radio. También es colaborador de ElConfidencial, donde ha producido algunos de los artículos más leídos del medio, como Pues yo me vuelvo a España o Qué ha sido de los agoreros del euro. Ejerce además como analista de Política Global en esGlobal.org. Fue corresponsal en Nueva York, trabajando para Dirigentes Digital además de los medios nombrados así como llevó a cabo la labor de Corresponsal Económico en Estados Unidos para Radio Intereconomía y BusinessTV. Conoce Pekín de primera mano pues también fue allí corresponsal de Cuatro y Jefe de Bureau de CNN+ con coberturas como el tsunami y la crisis nuclear de Japón, el terremoto de Sichuán, los Juegos Olímpicos de Pekín o las revueltas étnicas de Xinjiang además del Congreso del Partido Comunista Chino o el Premio Nobel a Lui Xiaobo o la Expo de Shangái. Previamente trabajó en la redacción de Madrid de CNN+ y colaboró con El País, donde publicó una entrevista con Yasir Arafat en 2004. No siempre fue periodista: se licenció en Ciencias Físicas y trabajó de consultor de e-business en Londres y Madrid, todo esto antes de hacer el Máster de Periodismo de El País. Reconoce que la experiencia de vivir en el país asiático fue la mejor etapa de su carrera como informador, pues es un lugar, en palabras de él, «donde hay miles de historias».

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 Aquí, sus respuestas a nuestras preguntas:

-Con el concepto de emergencia en nuestro trabajo, queremos hacer ver que China surge ahora como la gran nueva potencia pero también aludimos a una especie de llamada o aviso; una alerta. ¿Debemos estar preocupados ante tal crecimiento? ¿Hay que empezar a ser más competitivos?

A. L.: Esta pregunta es interesante puesto que habláis del concepto de emergencia, aunque yo lo matizaría y lo denominaría más como una reemergencia. Hasta el siglo XIX, China fue la primera potencia económica y política mundial, por encima de la Europa preindustrial y de Estados Unidos, siendo la referencia en términos de PIB y PIB per cápita. A partir de 1920 llegaron las invasiones japonesas y se vieron envueltos en guerras políticas y geopolíticas hasta 1949, hundiéndose en la más absoluta de las miserias, sufriendo las humillaciones extranjeras, primero de los británicos y después de los japoneses, culminando con la Segunda Guerra Mundial. Esta última fecha es clave, fin de la Guerra Civil China que ganan los comunistas de Mao, con la que podemos decir que el país empieza a reemerger de sus cenizas, iniciando un proceso que está culminando ahora y que puede llegar hasta 2030 o 2050, cuando vuelvan a ser nuevamente la primera potencia económica mundial.

Sobre si debemos estar preocupados por el renacer del Imperio Chino, recordemos que por tamaño, mercado y filosofía jamás ha invadido un país extranjero, más allá de atrocidades en el Tíbet o en Shenyang por ejemplo, pero no en países independientes como tal, a diferencia de los alemanes en Polonia o el caso soviético en Europa del Este o Estados Unidos. China está llevando una expansión no militar, pero quizás sí económica y comercial por su capacidad productiva invirtiendo en muchos países del mundo (América Latina, África, Europa o el Sudeste Asiático, necesitadas, en definitiva, de capitales) para funcionar, proveerse de materias primas y convertirse en la primera potencia económica mundial. El secreto ha estado en exportar más que lo que importa, acumulando reservas internacionales por más de cuatro billones de dólares, ahorrando como ningún país del mundo y entonces gozan de mucho cash financiero para invertir fuera y garantizar el aprovisionamiento de materias primas que necesita para el objetivo final que es el de ser los más ricos del mundo y llegar a la máxima prosperidad posible. Yo no veo peligro como tal, lo que sí veo es un reajuste porque el mundo tiene los recursos limitados y la teoría económica nos habla de que conforme aumenta la pujanza por ellos, el reparto habrá que hacerlo entre más personas y tocamos cada vez a menos (la llamada Teoría Malthusiana). A consecuencia de esto, habrá gente que tenga que empobrecerse, algo que vemos ahora en Europa o en Estados Unidos. Una crítica a esta teoría podría ser la de la tecnología, puesto que quizás no tengamos que perder bienestar o consumir más desde Occidente sino que podemos estar todos cada vez mejor gracias a la productividad o del acceso al petróleo (recordemos que terminaron llevándose el mayor pozo a pesar de la guerra iniciada por Estados Unidos en el Pacífico). Las materias primas están bajistas y China continúa demandando. China básicamente quiere ser el mejor y tener lo mejor y las mejores empresas. Es un ascenso pacífico, algunos lo califican como ‘silencioso’ por no ser militar, de hecho en la Constitución China viene reflejada la no ingerencia en los asuntos internos de otros países. Hacen negocios con todo el mundo buscando únicamente su propio beneficio, desde Cuba hasta Alemania pasando por Venezuela.

E. C.: Erróneamente China parece una amenaza para Occidente; yo no diría que es así. Lo que prima a la hora de crecer económicamente es sin duda sacar a la mayor parte de población de la pobreza. Ellos no pretenden ni mucho menos conquistar el resto del mundo lo cual no tendría sentido si nos paramos a analizar su propia historia, tengamos en cuenta que han pertenecido al mismo imperio durante 5.000 años sin ampliar sus fronteras. Los chinos se reconocen y se hacen denominar como el Imperio del Centro (de hecho eso significa su propio nombre), ha estado muchos años sin relacionarse con el resto del mundo y no tendría mucho sentido tener una visión desconfiada de ellos. Van en cierto modo un poco a lo suyo, yo personalmente no percibo esa amenaza. Otro problema son ya las fronteras, por ejemplo como ocurre con Filipina u otras islas del Pacífico por los recursos naturales que consideran suyos, pero no hay que temerles tanto desde Occidente.

Sí que es cierto que hay que ser más competitivos. Desde Europa o Estados Unidos a veces se le ignora demasiado. China es para muchos la fábrica del mundo y ahora ya el mercado del mismo, donde todos quieren vender; tenemos que intentar venderle nuestros productos, puesto que ellos ya lo hacen con nosotros.

M. S.: Recuerdo mi primera noche de Acción de Gracias en Nueva York. Una familia de tendencia republicana nos había invitado, a mí y a mi mujer, a aquella noche tan especial. Acabábamos de llegar de China, y gran parte de la conversación giró entorno a un asunto: ¿debemos preocuparnos por el ascenso de china? ¿Van a superarnos? ¿Nos dominarán? Mi respuesta desde entonces, y siempre, ha sido la misma: citar al ya ex primer ministro Wen Jiabao que, en plena rueda de prensa anual ante los medios extranjeros, y a esa misma pregunta, respondió afirmando que China es un país aún profundamente pobre y que le quedan “100 años” para dejar de serlo.

Así que la respuesta, en corto, es no. No hay que preocuparse del ascenso económico de China. Aún tiene centenares de millones de personas que viven sin agua potable, con menos de dos dólares al día, sin cuartos de baño, con el agua contaminada. Más bien al contrario, hay que celebrarlo. China no es la panacea de 1,300 millones de consumidores potenciales que nos han vendido pero, ¿os imagináis el impulso para la economía española si les empezáramos a vender coches, jamón o paquetes turísticos?

Hay que ser competitivos, pero no competir con China, sino para ofrecerles los mejores productos y servicios. Hay que sacarles dinero a su incipiente clase media, que aún ronda el centenar de millones de personas.

-En un aspecto social: En nuestro país no acostumbramos a ver que los chinos que aquí trabajan se relacionen con los españoles fuera del ámbito laboral, ¿tienden a hacerlo los españoles allí o se hace difícil integrarse?

A. L.: Hay de todo, como pasará en España con los chinos, donde ya algunos nacen allí y se relacionan con amigos españoles y quizás terminen perdiendo la cultura china, algo que temen sus familiares en muchos casos. Los españoles en China hemos venido despatriados; muchos hemos llegado con una mano delante y otra detrás, por así decirlo. También hay una emigración económica en busca de trabajo, de aprender el idioma chino o de nuevas oportunidades que no existen en España. También están los expatriados, de la mano de grandes empresas y cobrando sueldos elevados, que viven sin molestarse en aprender el idioma puesto que solo se relacionan con europeos y se marchan a los pocos años, incluso llegando a formar sus propios guetos. En mi caso, se puede decir que quiero quedarme más tiempo, o bien que no me queda más remedio. Yo estoy casado con una china y me gusta la cultura de aquí. La aceptación es buena porque a los chinos les interesa lo extranjero. Quieren captar tecnología, expertos, relacionarse con extranjeros y conocer cosas nuevas y vivir bien. Yo me he integrado sin problemas y estoy tan contento como en España, aunque luego otros españoles desarrollan una actitud racista y definiendo su postura del yo contra el otro, que suele ser «el amarillo», que a pesar de las oportunidades laborales, no les gusta lo que ven y echan la culpa a sus problemas a, por ejemplo, la camarera china de turno que no tiene responsabilidad ni nada que ver.

E. C.: El idioma chino es difícil y esto es una barrera prácticamente infranqueable y requiere un aprendizaje diario durante casi toda la vida, por su gramática y el sistema de escritura, lectura y además de comprensión, y esto evidentemente limita las relaciones. Mi nivel de chino, por ejemplo, sirve para hacer vida normal, cotidiana, para el día a día como puede ser ir al supermercado o comprar un billete de transporte, pero no para trabajar, para lo cual necesito traductora; si no, es complicado ser preciso en la actividad periodística.

M.S.: Integrarse en China es muy complicado, pero relacionarse con los chinos es muy sencillo. He cenado y charlado con decenas de ellos, ellos han probado mi tortilla y yo sus jiaozi’s, hemos hablado de política y de censura, de Tiananmen y, por supuesto y sobre todo, del Real Madrid, de quien cualquier taxista sabe más que yo mismo. Integrarse es otra cosa. Integrarse requiere conocer unos 3,000 caracteres al menos de su alfabeto para poder leer su prensa, entender sus series de televisión; integrarse significa también acercarse a un esquema mental de país en vías de desarrollo, donde prima por necesidad el interés económico sobre muchos otros factores. Muchos chinos antaño nos llamaban los demonios de nariz grande, y ahora nos llaman, en ocasiones despectivamente, laowai. Están sometidos a una continuada propaganda gubernamental que acusa a la intervención aviesa Occidental de prácticamente todo: de las revueltas de las etnias del oeste, de las protestas democráticas en Hong Kong, de un intento de contención continuado. Pero, a pesar de esa continuada demonización del Partido Comunista Chino, los pequineses y, en general los chinos, no me han dado más que sonrisas y amabilidad en la mayoría de las ocasiones.

-Parece que los chinos que vienen a nuestro país acostumbran a vivir para trabajar; pasan su vida trabajando y ahorrando sin cesar para gastarlo tras la jubilación. ¿Hay tiempo para el ocio a edades más tempranas?

A. L.: El chino, por mi experiencia, es hedonista y persigue la felicidad. No concibe la vida como un sacrificio o como trabajo duro. Su objetivo es tener ocio y vivir bien. Para conseguir la felicidad, es consciente de que se debe esforzar más que la gente de otros países, más que la media. No es comparable la vida de los padres de mi mujer, quienes comieron piedras y se sacrificaron hasta extremos insospechados, que la actual de ella, más fácil por así decirlo, con acceso a la Universidad y a buenos trabajos. Cuando tienes esas necesidades básicas primarias satisfechas, lo normal es aspirar a más, en definitiva, consumir. El chino de los años 70 vivía para ahorrar, el de ahora vive para disfrutar y gastarse el dinero. Por cuestiones culturales y tradicionales, sí que los chinos suelen consumir menos y ahorrar bastante. Eso sí, hay una diferencia todavía entre la gente del campo y la de la ciudad. Algunos padres inculcan a los niños que no tengan novias, con 14 ó 16 años, sino que lo que tienen que hacer es estudiar. Hay presión sobre el estudio. La selectividad mara la línea entre el éxito y el fracaso. Todo esto es con el objetivo de dar una buena vida a las generaciones futuras. Digamos que el ocio del chino de éxito se da como tal y busca viajar o jugar al golf, en definitiva, pasarlo bien.

E. C.: Esta mentalidad es propia del Confucianismo, que defendía que hay que irse del mundo dejando lo mejor posible para tus hijos y generaciones venideras, de ahí la convicción que les marca desde que nacen que es la de vivir para un trabajo constante en lugar de disfrutar la vida o el ‘carpe diem’ que diríamos en Occidente. Con esta idea no ha podido terminar ni el Partido Comunista por lo que, como habéis dicho, mantienen en cierto sentido esa mentalidad.

M. S.: Llega el momento de matizar: No se puede hablar de China, sino de “Las Chinas”. Hay una China que es la de las ciudades como Pekín, Shangái o Shenzhén. Esa es la china cosmopolita, la de los bares de copas y discotecas con ferraris y BMWs en la puerta, jóvenes espectaculares, la de los bares con vinos de miles de euros, etc. Luego está la china, dentro de esas mismas ciudades, que vive literalmente en el subsuelo, los inmigrantes de provincias que sólo trabajan y duermen en los bajos de los edificios (los “hormigas” los llaman). Y por último está la China rural, la de la pobreza extrema, la de la falta de agua corriente. Los que vienen suelen ser de estas dos últimas categorías. Sí, trabajan sin cesar, como lo hacían los españoles que emigraban a Alemania, y como aquellos se relacionan prioritariamente entre ellos, como es comprensible.

No ahorran para la jubilación: ahorran para pagarse sus enfermedades o las de sus allegados, o la eduación de sus hijos, o en el peor de los casos para pagar a las mafias que les han traído, los cabezas de serpiente. Recordad que en China no hay sanidad ni educación pública en general, salvo ciertos servicios muy básicos.

-Sin embargo, parece habitual viajar a China y acabar perdiendo muchos de los prejuicios que uno tiene sobre su población.

A. L.: Totalmente. Yo antes tenía contacto con la comunidad china como vosotros. Estos chinos no son representativos, pues el 80% de los que viven en España suelen proceder de una misma provincia. Os recomendaría el libro ¿Dónde van los chinos cuando mueren? de Ángel Villarino, el cual sirve para entender que hay un chino que está ahí para prosperar, ganar dinero, volver a China y vivir bien. En España no podemos conocer cómo son los chinos, pero en China están en su entorno, en su casa, con su propia cultura y sus amigos. El bienestar es cada vez mayor y te das cuenta de que les gusta hacer lo mismo que a nosotros. También hay chinos que se van de fiesta, a los que les encantan los karaokes, pasear, jugar al bádminton y disfrutar del medio ambiente o ver florecer lo árboles así como ir al cine. La sociedad de Japón o Corea del Sur no son comparables a España; China se parece más. En China digamos que se puede triunfar sin corbata, son campesinos y por tanto también campechanos y auténticos, menos estirados, para los que prima la familia y los amigos. Es un país con una sociedad dinámica y pujante a la que no le han regalado nada y que ha completado su primer estadio de desarrollo, tras haberse parecido por ejemplo a Somalia en el 78.

E. C.: Incluso viviendo en China se necesita mucho tiempo para comprender su cultura y cómo son realmente, pero es evidente que es necesario trasladarse hasta allí para hacerlo.

M. S.: Yo el principal prejuicio que desterré fue el de creer que son fríos y distantes. Como muy bien definió mi mujer, Ana Fuentes, autora del libro Hablan los Chinos: “los chinos son los latinos de Asia”. Comparadlos con los japoneses, por ejemplo, y crompenderéis que, en realidad, son abiertos y cálidos… Para ser asiáticos.

-Francia o Estados Unidos, países históricamente potentes, han conseguido internacionalizar elementos culturales propios como puede ser su cine, pero de China apenas tenemos ejemplos más allá de la comida. ¿A qué puede deberse esto?

A. L.: Esto suelo discutirlo con mis colegas los periodistas. Para empezar, el hecho de que en España se conozca más la cultura de EEUU, no significa que en China haya menos cultura que en EEUU. En ambos países hay cultura, pero los estadounidentes, como ha pasado también con los italianos en cierto modo, se han sabido vender muy bien. Nos encanta el cine o el McDonald’s, fáciles de ver y de consumir. El inglés también ha ayudado al imponerse como primera lengua internacional. La cultura china sigue siendo muy lejana, lo mismo que le pasa a de Japón y Corea del Sur, nos siguen pareciendo raros puesto que tienen otros códigos, como podrán corroborar los empresarios. Estados Unidos es el que tiene que colonizar la cultura, puesto que siempre ha pretendido mandar en el mundo. Digamos que en un mundo dominado por Estados Unidos, la cultura dominante debe ser la estadounidense. China no aspira a dominar el mundo, pero poco a poco irá exportando su cultura, de hecho además de la comida hay algo de cine: las de Jackie Chan, o películas como Transformers, que incluía a una actriz china y aquí se rodaron algunas escenas. El mundo va caminando desde una posición unipolar a una dimensión multipolar, por lo que efectivamente con la globalización se irá conociendo cada vez más, pero actualmente lo más lógico es que siga dominando lo europeo y estadounidense, de hecho porque hasta a día de hoy estudiamos la historia de Estados Unidos o de países Europeos como Francia en la escuela, pero sabemos poco de Asia. Yo espero un mundo multipolar donde todas las culturas tengan peso e importancia.

E. C.: Tiene que ver con lo que os comentaba de su historia y de haber estado aislados, como si fuese un país cerrado al exterior. Allí ni siquiera existe apenas interés en hablar el inglés, pues el idioma nacional es el chino. Son tantos, que con producir contenidos para la amplia población que ya poseen, les es suficiente. Ellos mismos consumen su cultura como el cine o la música, no necesitan seducirnos al resto del mundo, porque ellos realmente llegan a creerse el centro de este.

M. S.: Ojo, ojo. A los que nos gusta el cine sabemos que de allí llegan algunas de las mejores películas de los años recientes. Y no hablo sólo de melodramas insufribles. Hablo de enormes películas de acción como Hero o cine totalmente comercializable como el de Zhang Zhimou; de premios nobel como Mo Yan; o artistas que venden sus obras por decenas de millones de euros, como Ai Wei Wei, entre los más conocidos.

Dadles tiempo y empezarán a colocar sus productos. Si es verdad que no es proporcional a su tamaño poblacional, pero lo mismo pasa con India. Por supuesto, a medida que vayan soltando la censura y la represión se liberará la creatividad. Siemrpe digo que están viviendo lo que en España en los sesenta: apertura económica, represión política. ¡Ojalá les llegue pronto la transición!

-Pese a trabajar para un medio español, ¿nota muchas diferencias entre la labor periodística llevada a cabo en China y la occidental? ¿Existe allí mayor o menor control de contenidos? En ocasiones se ha hablado de autocensura.

A. L.: Yo soy free lance y trabajo en varios medios y ahora mismo llevo a cabo un proyecto de radio desde China y con China, en colaboración con los chinos. A nadie se le escapa que aquí, a nivel interno, hay medios como CCTV o China Radio Internacional, donde la censura impera y son controlados por el Estado, donde las personas no pueden expresarse libremente. En China, por otro lado, hay corresponsales extranjeros, que informamos a los de fuera de China pero no a los chinos, quienes ya tienen sus medios. Yo personalmente he contado todo lo que tenía que contar y nunca he sufrido la censura, tratando incluso asuntos de violaciones de derechos humanos o de censura en Internet o haciendo entrevistas; algunos colegas míos han entrevistado sin problemas al artista y activista Ai Weiwei, detenido bajo arresto domiciliario. Aquí se controla todo lo que tiene que ver con la estabilidad interna y prueba de ello es también el encarcelamiento del Premio Nobel Liu Xiaobo. Esto no es Corea del Norte, ni Arabia Saudí ya que aquí no hay nada que esté ocurriendo que no se sepa. Una cosa es que haya censura y se persiga a los disidentes, y otra cosa que empiece a haber una especie de Primavera Árabe informativa, al menos hacia el exterior. Aquí, a nivel comunicativo se puede comunicar, y esta apertura puede propiciar que cambien las cosas.

E. C.: Debemos decir que China es una dictadura comunista sin libertad de expresión ni de manifestación y apenas hay sitio para la discrepancia o para cuestionar el poder del Partido Comunista. Los periodistas trabajan para el Estado y no para medios de comunicación libre. Hay censura hasta el punto de que en las redacciones de los periódicos hay pizarras con lo que se puede decir y lo que no, por lo que tienen claro que hay temas que no se pueden tratar. No hay autocensura como tal, puesto que los periodistas tienen marcadas unas pautas a las que ceñirse y son conscientes de ello. Digamos que el periodista ejerce allí una labor burocrática de funcionario más que de periodista.

M. S.: Recuerdo una rueda de prensa en la que el Partido Comunista anunciaba que se liberaban ligeramente las restricciones al trabajo de la prensa extranjera: ya no haría falta el permiso, que nunca se pide de todos modos, para entrevistar a alguien o grabar en la calle. Un periodista extranjero dijo, ¿y cuándo van a liberalizar el trabajo de sus propios periodistas? Ellos reciben a diario la doctrina del partido sobre los principales temas por fax o e-mail, los temas que no se pueden tocar, el ángulo de los más importantes. El gobierno chino es uno de los peores enemigos de la libertad de pernsa del mundo, sólo superado por algunos regímenes abyectos como Corea del Norte, Arabia Saudí, Irán o Eitrea. Puesto 175 de 180 según reporteros sin fronteras.

-En cuanto a los disidentes y partidarios de rebelarse contra el sistema, ¿está todo bajo control o son un verdadero peligro para el poder?

A. L.: En China hay dos tipos de disidencia. Una es la que puede amenazar al sistema, la llevada a cabo por los disidentes prominentes o influyentes como blogueros o los detenidos nombrados anteriormente, que atacan al sistema y denuncian las injusticias aglutinando en torno a sí a mucha gente. Hay mucha crítica hacia el Gobierno pero se tiene controlada. En Weibo, el Twitter chino, las personas critican duramente la contaminación, la vivienda o alguna que otra medida ridícula. Todo lo que pueda desestabilizar el sistema se controla. El otro tipo de disidencia es el de la gente normal y corriente, que se controla menos y que es más inofensiva. En Corea del Norte se controlan ambas. Allí si no lloras al paso del líder, vas al pelotón de fusilamiento. Internet abre la mano de la propia sociedad y hace que aumente la participación política conforme aumenta el desarrollo económico.

E. C.: Relativamente. Hay disidentes activos, aunque minoritarios si lo comparamos con el total de habitantes de China lo que hace que sea un número prácticamente residual, pero es verdad que son gente que normalmente lo han perdido todo; han sufrido ya injusticias enormes como expropiaciones forzosas y no tienen nada que perder por lo que pueden dedicarse a cuestionar la labor del Estado. En Internet, desde el Gobierno, se emplea muchisimo dinero para controlar la red y por esto los márgenes para la disidencia son realmente mínimos.

M. S.: Los disidentes en China son como gotas que van erosionando una roca: tardarán tiempo, pero terminarán cambiando el sistema. Siempre ha ocurrido. Ahora no son un peligro, mañana pueden llegar a serlo. Por eso los aplastan. Dejan que se hable y se critique hasta que se alcanza una “masa crítica” y una capacidad de influencia. Entonces te meten en la cárcel y tiran la llave. En realidad, el número de disidentes políticos en prisión es relativamente poco comparado con el tamaño del país. Pero luego están los “disidentes populares”, los que han sufrido abusos de los tiranos locales o los que han sido vejados por las autoridades, los que están en los campos de reeduación que sí, que siguen existiendo; los miembros de la secta Falun Gong, torturados con la máxima de las crueldades; los independentistas tibetanos y xinjianeses: esos son un peligro, y los aplastan sin piedad.

Pero: el sistema político de la autarquía china está montado de tal manera que se regenera a sí mismo – unos sátrapas van sustituyendo de forma ordenada a los otros cada diez años, y por el camino ellos y sus familias se van enriqueciendo y expoliando el país, como de forma excelente ha rebelado el diario NYT. ¿Cuando caerán? Tardarán, pero caerán.

-¿Diría que China empieza a ser ya un país mayoritariamente desarrollado y competitivo como conjunto, o son Pekín, Hong Kong y las grandes empresas las que “tiran del carro”?

A. L.: Yo diría que hay dos Chinas, la rural y la urbana, cada una un 50% de la población. La primera es más pobre y aunque en ella todo es más barato, dedicarse al campo es más duro que dedicarse a un negocio del sector servicios. La china urbana no son únicamente estas regiones más ricas sino otras provincias sin ciudades tan famosas como es el caso de Shenzen. Estas dos chinas se delimitan geográficamente a la perfección; en la mitad Este está la población más rica aunque con la mayor densidad de población del planeta, y en la otra mitad vemos la menor, donde habita gente independentista y extremadamente pobre. China al considerar que estos últimos territorios son suyos, cada vez invierte más. Trata de convertirlos en centros comerciales e industriales. En el resto de China, hay unos 400 millones de personas que se pueden considerar clase media consumidora que están en las ciudades y parece que sobran unos 500 millones de campesinos, que son pobres puesto que no se les necesita y por tanto no se les paga. Uno no puede meter de repente a este número de personas en las ciudades y de ahí que se restrinjan los niveles migratorios a nivel interno mediante el empadronamiento y el tipo que nace en el campo, debe seguir siéndolo en su lugar de nacimiento. El país se da cuenta de que no puede haber tantas diferencias de renta ni interterritoriales y ya empieza a verse un capital acumulado mínimo con infraestrucuras y servicios, es decir, con un capital mínimo asegurado.

E. C.: Esta es una idea muy occidental, China es tan grande que es como un continente más que un país. Estan muy desarrollados en la parte del sur, en las provincias donde comenzó a implantarse y probarse el sistema capitalista. Debemos saber que Pekín es la capital, pero apenas tiene industria, y por otro lado Hong Kong no tiene nada que ver con China como conjunto puesto que sabemos que son un país de dos sistemas. En la zona costera sí que están muy desarrollados en toda la franja y no sólo en las macrociudades, pero también es cierto que en la zona interior y las provincias más orientales, pegadas a Rusia, hay gran riqueza energética por lo que no es algo centralizado.

M. S.: La respuesta coincide con la de la primera pregunta, creo.

 

-¿Comienza entonces a ser notable la mejora en la calidad de vida en China a medida que crece su economía?

A. L.: Sí, está claro. Que hay gente pasándolo mal es una realidad, pero para empezar no hay hambre y hay pocos fallecidos al nacer y muertes por inanición, aunque los abortos, sobre todo de niñas y en muchos casos con el embarazo muy avanzado, constituyen un problema además a nivel moral y son situaciones terribles, pero sí que han mejorado muchas cosas. Aquí en 1979 había 700 millones de pobres y actualmente entre 50 y 100 millones, que son muchos pero si lo comparamos con la población total no es tanto. En la extrema pobreza hay muy poca gente ahora. Den Xiaoping, líder que rompió con el Maoísmo, dijo aquello de «enriquecerse es glorioso» y «da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones», es decir, que les daba exactamente igual el comunismo, al igual que la reveladora frase de «Dejemos que se enriquezcan algunos primero». En 1979 China era una sociedad donde todos eran pobres, pero actualmente encontramos ricos y pobres. Existe una mejora en la calidad de vida, pero hay mucho por hacer en cuanto a la vivienda y el acceso a la sanidad. Yo diría que el secreto de este país radica en su educación, a todos los niveles, a la cual todos tienen acceso sin depender de clases sociales.

E. C.: Sí. En los ultimos treinta años mas de 300 millones de personas han salido de la pobreza y ya son clase media, lo cual es un logro casi milagroso del Partido Comunista el conseguir esta cifra tan significante en tan poco tiempo. De todos modos, las desigualdades entre la gente que tiene dinero y la que no, son cada vez mayores. Siguen en este camino y no sabemos dónde les lleva, aunque es evidente que los estándares de vida desde la implantación del capitalismo han dado la vuelta. Ahora los chinos han dado un salto bestial en su calidad de vida; antes vestían de negro, llevaban el pelo corto y comían una vez al día y hoy en día están en un índice de crecimiento de la riqueza del 7,4%.

M. S.: Millones de personas salen de la pobreza más abyecta a la que la dictadura comunista les sometió hace décadas, pero mientras el aire se hace irrespirable y los ríos están totalmente contaminados. ¿Calidad de vida? Diría que lo que aumenta es la riqueza per cápita, de manera espectacular. Pero, recordad, su PIB per cápita está al nivel de Angola, no de Europa o EEUU.

-Percibimos en ocasiones que la polución o la legislación en materia laboral son excesivas desde muchos puntos de vista, ¿todo vale para China a la hora de desbancar a sus competidores?

A. L.: La contaminación aquí es un grave problema. Alcanzamos niveles altísimos que tendrán un efecto sobre la salud de los que vivimos aquí. El economista Kuznets ideó un modelo valedero para todos los países en el que exponía como variable dependiente el nivel de contaminación e independiente el estadio de desarrollo; una economía pobre y básicamente agrícula, contamina poco. Para seguir avanzando, se pretenderá pasar a la economía industrial y de esta hay que pasar a una de servicios. No están dispuestos a todo, están siguiendo el curso natural de las naciones. En el tema laboral, digamos que esta es una economía planificada. La legislación laboral y los sindicatos están controlados por el Estado, por el Partido Comunista. Debemos tener cuidado y recordar que hay un 50% de economía privada con su legislación y sueldos donde se cometen muchos abusos, como el caso de Foxconn, productora taiwanesa de iPhones de Apple en China donde muchos trabajadores han llegado a suicidarse por las condiciones de trabajo. Para los chinos todo no vale y ellos mismos critican estas políticas puesto que no han nacido para sufrir. Quieren vivir bien y ganar dinero. La sociedad está concienciada de que todo tiene que ir mejorando.

E. C.: Yo creo que no deben focalizarse los problemas de China en relación con el exterior, con sus competidores. Es verdad que China tiene estos dos grandes problemas, pero ellos planean sus esfuerzos de cara al crecimiento con respecto a ellos mismos y no para combatir, colonizar o competir contra el resto del mundo. Ellos cuentan con el mayor mercado del mundo y tampoco necesitan ponerse a exportar. Es verdad que tienen que solucionar estos problemas y es una realidad el amplio peaje que van a pagar por estos problemas medioambientales. También es verdad que están diseñando desde el Gobierno planes en materiales de contaminación, como empezar a cambiar el carbón por gas natural. Pensemos que ellos ahora están en un momento comparable al de la Inglaterra del Siglo XVIII, la de los comienzos de la Revolución Industrial, con la diferencia de que ellos se están planteando cambiar su sistema que provoca tal contaminación. De todos modos, creo que no hay que plantearlo como desbancar a sus competidores, casi todo, como he dicho, lo hacen para ellos.

M. S.: China es la fábrica del mundo, y por tanto cada iPhone que un Occidental disfruta se hace con una cuota de polución que se queda en China pero que correspondería a Occidente. Moralmente ellos están sufriendo la contaminación que nos corresponde. El gobierno, con un criterio discutible, ha primado el crecimiento y la erradicación de la pobreza, y su enriquecimiento y el de las familias en el poder, por su puesto, por encima del medio ambiente. Una vez alguien me dijo que el primer problema de china no era la pobrez ni la dictadura, sino el medio ambiente, y que el país rompería por ahí. Y creo que tiene razón. Los activistas más duros son los medioambientales. Y el país pierde dinero por no luchar contra la polución: el Green GDP, el que tiene en cuenta lo que va a costar la sanidad de los enfermos de cáncer o limpiar los ríos, es terriblemente bajo.

-En pocos años China ha sufrido algunas catástrofes naturales, aunque por otro lado ha disfrutado de la celebración de unos Juegos Olímpicos, entre otros eventos. Es como si vivieran en una resaca continua. ¿Tienen la capacidad de recuperarse con facilidad?

A. L.: El terremoto de 2008 produjo la muerte de doscientas mil personas, pero a China simplemente le supuso la aplicación de un paquete estructural y no se destruyó la economía ni mucho menos. Apoyando, invirtiendo y levantando infraestructuras se consigue sacar adelante la situación. Una catástrofe natural en China, salvo que sea nuclear, no es algo para lo que el país no esté preparado ya que hay dinero para arreglar las cosas.

El de la contaminación es otro tema más grave. Es más constante y continuo y puede conllevar al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. El Estado nunca debe gastar en sanidad más de lo que ingrese, pero a nivel económico tampoco pasa nada por hablar un poco fríamente. La gente incapacitada será sustituida por otra. La contaminación es un coste o un precio que están dispuestos a asumir. Ningún país pasa de ser muy pobre a muy rico sin pasar por el segundo estadio de desarrollo económico industrial y para eso, por lamentable que parezca decirlo, es necesario contaminar.

E. C.: Las catástrofes han sido en zonas puntuales del país como en Sichuan en la zona sur, pero tampoco esto influye en todo el país, como ocurre con Japón. Es cierto que en cuanto a la capacidad de recuperarse, manejan bien la organización y el Estado maneja bien las masas, como cualquier país desarrollado, ni más ni menos.

M. S.: Es un país muy grande y con un sexto de la población mundial. La probabilidad numérica está de su lado: es normal que parezca que casi todo pasa en China, por la simple ley de los grandes números.

-¿Cuáles nota usted que son las espectativas de futuro de un joven que cursa estudios superiores en China? ¿Entra en sus planes emigrar por lo general?

A. L.: Depende de la posición social de los chinos. La mayoría de los que salen fuera a estudiar, intentan volver. Más allá del partido del gobierno, están la calle, las empresas, la economía, la gente… lo que permanece es China. Aquí la gente no es propartido comunista, es prochina. Aquí si el Partido Comunisa empieza a hacerlo mal, mañana hay una revolución y triunfa porque la gente es de China y no del comunismo. Hay una generación china llamada la Generación Hormiga: la gente sigue estando educada pero las universidades no paran de licenciar a cientos de miles de estudiantes, que se ven con bajos salarios porque es difícil absorver a tanta gente a pesar de la cualificación. Hay un stock de ciudadanos bien formados, pero sin una industria preparada para ello. Aquí seguimos en una economía industrial y no de servicios y es por esto por lo que la especialización en este sector está aumentando. Los inversores también viajan para aprender y para invertir en nuevas teconologías y obtener nuevos productos. Yo la calificaría como una nueva situación con una generación que es como un ejército de millones de chinos bien formados que debería fomentar la transición del desarrollo económico.

E. C.: China invierte muchísimo dinero en Educación, hasta más que Europa y el propio caso de España. El futuro de los estudiantes chinos es prometedor dentro del país. Estudian y se esfuerzan tanto debido a que hay mucha competitividad entre ellos; hay tanta poblacion que es difícil encontrar buenos trabajos, pero los licendiados universitarios están cambiando su proceso productivo y no pretenden para nada emigrar. Los chinos que emigran o que lo hicieron en los años 90 eran gente muy pobre, campesina en su gran mayoría. Los que acceden a la universidad no contemplan irse a vivir fuera, es inconcebible para ellos en los tiempos de hoy en día.

M. S.: Sí, en su gran mayoría quieren irse a EEUU o Londres, aunque muchos empiezan a volver a hacerse ricos en su propio país.

-Numerosos españoles se han visto obligados a abandonar nuestro país en busca de oportunidades laborales. ¿Constituye China una opción atractiva? ¿Es ya un destino interesante al que emigrar?

A. L.: Mi punto de vista es que igual sí que hay que emigrar, hacer negocios o montar una empresa allá donde hay dinero. En España, país con recortes y endeudado, con salarios cada vez más bajos, parece que no hay dinero y que se distribuyen peor las rentas y se suben los impuestos. En mi caso y con estos factores sobre la mesa me parece más atractivo estar en China porque aquí, en este país que ha ahorrado tanto, la relación China-España-América Laina puede constituir una oportunidad. Aquí hay cosas que desconocía mucho; yo quise estudiar economía y la propia universidad del pueblo me concedió una beca para cursar un máster, algo que en España probablemente no habría conseguido. Otro ejemplo es el de una chica que conozco que llegó a aprender chino de lunes a viernes durante año y medio, ha sido contratada en Wanda Group cobrando 4000€ al mes, algo impensable ahora en España.

E. C.: Yo lo desaconsejaría a no ser que se hable muy bien el chino. La gente que necesita China debe ser altamente cualificada por el cambio de su modelo productivo: ingenieros, arquitectos, etc., pero que sepa hablar chino con un alto nivel. Digamos que si no sabes hablar bien chino, en China no pintas prácticamente nada. Es absurdo ser camarero y pretender viajar a China, un país con trabas de acceso cada vez mayores. No es aconsejable a no ser que seas un chinólogo que ha estudiado durante por ejemplo diez años, o alguien con una formación universitaria muy alta. Buscan talentos pero con un perfil muy concreto, siendo clave por supuesto a pesar de esto, y como ya he dicho, el manejo del idioma a un alto nivel.

M. S.: Todos los españoles jóvenes que conozco que han ido a china han ganado dinero y han hecho trabajos muy por encima de la responsabilidad que les tocaría en España. Pero es durísimo, sobre todo si se va “de paracaidista”.

-En su caso particular, ¿supone el vivir allí una oportunidad seductora? ¿Qué tiene de positivo para un profesional, en especial del periodismo?

A. L.: La experiencia china supone estar asistiendo a un cambio histórico. La reemergencia de un país que ha desarrollado el mayor impacto económico en el menor tiempo viso nunca. A nivel periodístico podemos explicar a la gente de fuera las oportunidades que hay aquí. La gente piensa en EEUU y a China lo ven lejos y al final en avión tardas lo mismo en viajar. Como periodista me parece fundamental poder contar todo esto, ya que al fin y al cabo nuestra misión es ser útil a la gente. A nivel personal supone un enrequecimiento importante y ya te inmiscuyes en la sociedad y la cultura. La información es poder, es valor y desde China puedes dar información muy útil para acercar ambos países y aumentar las relaciones económicas, es decir, promover lazos entre España y China.

E. C.: China es un país tan complicado que resulta un desafío para los periodistas, por su forma de pensar, por su historia y cuando uno llega allí necesita una labor enorme de aprendizaje. Para mí, poder haber estado allí el tiempo que estuve fue un regalo y supuso una oportunidad, pero es altamente complicado para desarrollar la labor periodística. Para alguien que empieza no es aconsejable en absoluto, sobre todo el problema de los visados (para ser periodista en China se necesita un visado del Gobierno chino, el cual es imposible conseguir sin el apoyo de un medio español, lo cual dificulta la existencia de freelances).

Supone interesante sin embargo la transformación económica y la pugna entre comunismo y capitalismo, una simbiosis como si se tratase de un experimento que nadie sabe concretar cómo terminará. Yo estuve en Pekín que es donde se aconseja tener una corresponsalía para cubrir toda Asia y no solo China; digamos que es como la Nueva York de este continente, donde está toda la prensa occidental. Si tienes la corresponsalía fuera de Pekín y ocurre algo en China, el Partido Comunista Chino difícilmente podrá darte un visado para que puedas cubrirlo. Pekín supone un punto central para entender Asia como conjunto y un sitio interesante donde están medios de todo el mundo, pero es complicado para trabajar por lo que os comentaba de los visados.

M.S.: Para mí fue la mejor experiencia periodística de mis diez años en esta profesión. Cubrí de todo. Es un sitio donde hay miles de historias.

-Entonces, ¿la idea de trasladarse hasta este país le motivó desde un principio?

A.L.: Previamente no. Yo vivía en España, estudiaba periodismo en Madrid y es verdad que me interesó el tema de las relaciones internacionales, más concretamente Oriente Próximo. Lo de venir a China salió un poco por casualidad. En un momento de mi vida decidí estudiar económicas y no creía demasiado en el debate político de izquierda contra derecha sino en verdades económicas como máximo beneficio para el mayor número de personas e intenté aproximarme a los problemas desde una posición más racional que subjetiva. China tenía el atractivo del cambio económico que estaba viviendo desde además un punto de vista científico y no sólo ideológico, pues sabemos que es un país nominalmente comunista pero realmente es capitalista. La ideología ha quedado relegada un segundo plano, y ese modus operandi del desarrollo científico de la economía es lo que me atrajo, puesto que apenas conocía aspectos de la cultura china antes que esto.

E. C.: Yo ya trabajaba para un medio español y fue relativamente fácil puesto que tenía su respaldo, pero si no trabajas para uno no es tan sencillo, de nuevo por la cuestión de los visados.

M. S.: No, fue mera casualidad personal.

-Y para terminar y por todo lo anterior, ¿cree que es la hora de que empecemos a aprender el idioma chino?

A. L.: Es fundamental. Si quieres hacer algo en China, tienes que hablar chino. No conozco a nadie que haya triunfado aquí sin saber chino. Si quieres prosperar o llevar a cabo alguna iniciativa con éxito, debemos hablar chino, no sólo vale con un traductor y algo de suerte. Aquí necesitas que te vean como uno de los suyos, algo que también pasa en España. La sociedad comparte unos mismos códigos culturales o lingüísticos y si hablas el idioma quiere decir que conoces y respetas el lugar. Partiendo de esta premisa cuentas con una herramienta para empezar a funcionar.

E. C.: Si uno es ingeniero o arquitecto al que le apasiona la idea de vivir allí, sí. En caso contrario, entiendo que para eso con el inglés es suficiente. El chino difícilmente te puede aportar algo en Occidente salvo que sea para hacer algunos negocios, por lo que su estudio prácticamente no te servirá más que para trabajar en China.

A. S.: Yo diría que no, savo los que quieran aprender muchos idiomas. Hay que aprender inglés primero, y bien. El chino requiere años y años, y no creo que vayan a ser un actor más relevante en la economía española que, por ejemplo, Francia. Así que francés antes que chino.

-Muchas gracias por sus respuestas.

A. L.: No hay de qué, espero que os haya podido de servir de ayuda y disculpad si me he alargado demasiado.

E. C.: Gracias a vosotros. A mí me han ayudado mucho en la vida y con todo lo que os pueda aconsejar estaré encantada. Soy una gran defensora de la Universidad Pública y estaré dispuesta a aportar siempre todo lo que pueda.

M. S.: Lo hago encantado.

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Mario Saavedra

Conclusiones. China, dragón reemergente: un Imperio con pasado, presente y futuro.

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Dentro de este estudio sobre la realidad actual de la República Popular China y sus relaciones con nuestro país, hemos tratado de capitular los puntos principales de toda sociedad moderna tratándolos desde la perspectiva histórica, cultural, política y demográfica así como la económica, para así entender su fisonomía en mayor medida.

En un contexto de crisis económica global, donde la mayor parte de las economías desarrolladas se ralentizan llegando incluso a estancarse, China ha conseguido unas tasas de crecimiento impensables pero no por ello incomprensibles. Dicho ascenso, como han corroborado nuestros entrevistados, no ha sido casual o improvisado, sino todo lo contrario; resultado de una planificación que comenzó en 1978 cuando Den Xiaoping lanzó la gran reforma económica que ha llevado a China a posicionarse en el primer escalón de la economía mundial, protagonizando un proceso de desarrollo sin parangón en la historia universal.

Podemos afirmar, según palabras del profesor Isidoro Romero que “China ya se ha convertido en la primera potencia mundial en términos de paridad de poder adquisitivo”. Este fenómeno nace de la propia mentalidad de la población y es fruto del trabajo y el esfuerzo de toda una población que, bien desde el interior o desde el exterior de sus fronteras, ha mantenido unas costumbres muy ligadas al trabajo duro y la consecución de grandes logros, algo que se sigue extendiendo entre las nuevas generaciones pues es inmanente a su cultura. «Los chinos nos sacrificamos más, tanto en lo personal como en lo corporativo. Los occidentales invierten un dólar y quieren ganar dos. Nosotros nos conformamos con ganar 10 centavos. Ello explica que los chinos triunfen donde los occidentales no pueden hacerlo», explicaba para El País Zhang Dejiang, responsable del proyecto que la estatal Feza Mining tiene en Likasi, en pleno corazón minero de la República Democrática del Congo. Es por esta mentalidad que la educación también constituye un elemento primordial en la sociedad china y esto también ha favorecido su apertura con respecto al resto del mundo, la cual podemos ver reflejada en nuestro ámbito nacional pues las relaciones bilaterales entre ambos países se han visto reforzadas por las grandes conjeturas históricas (que, recientemente, el viaje más largo de la historia en tren -tres semanas- haya unido China con Madrid con fines comerciales es sólo una prueba de ello).

En cuanto a su adaptación en nuestro territorio, se ha venido a decir en ocasiones por parte de algunos dirigentes chinos que “España es el mejor amigo de China en Europa”. Las razones de esta afirmación probablemente se deban a la actitud comprensiva de España hacia China tras los sucesos de Tiananmén, en 1989, cuando entendimos que había que ayudar a Deng Xiaoping a mantener viva la reforma contra los partidos de la involución. Los chinos, en cierto modo, son «los mediterráneos de Asia» para muchos, aunque más que pasionales son personas que se mueven con el fin racional de trabajar de forma constante.

El Gran Dragón asiático, mediante su progresiva apertura a los mercados externos, ha conseguido ser el país que ha crecido forma más rápida y sostenida, permitiendo el acceso de capital extranjero a través de empresas chinas. Esta apertura al mundo hay que entenderla desde dos perspectivas ya que no sólo ha conseguido la entrada de capital, sino que además ha permitido a China poseer una balanza comercial positiva. Gracias al superávit externo, China se ha situado como uno de los mayores inversores del planeta, llegando a afirmarse que está llevando a cabo una »invasión silenciosa» en territorios como el africano, tal y como hemos podido documentar, a través de sus faraónicas inversiones en este continente y que no hacen sino aumentar (ya en 2009 y 2010, la consultora Consultancy Africa Intelligence lo confirmó: China era el primer inversor en Sudán y compraba el 71% de las exportaciones del país africano). Es precisamente haciendo uso de esta silenciosa estrategia, diferenciada del estruendo del poder armado, como China está conquistando mercados y accediendo a recursos naturales y comerciales por todo el mundo en desarrollo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que este crecimiento acumulativo anual, que ha llegado a alcanzar cifras del 9,5%, llegará algún día a su fin, puesto que este fuerte desarrollo parece para muchos insostenible. No sabremos exactamente cuándo topará con su límite más alto, pero lo que si podemos anticipar es que las consecuencias que de ello se derivan serán devastadoras tal y como adelantan los expertos. También debemos plantear el debate de si debe China seguir llevando a cabo sus políticas relativas a la legislación en materia laboral, pues es cierto que han traído grandes beneficios a la sociedad en términos macroeconómicos, pero siguen atentando en ocasiones contra los derechos humanos e incluso de la infancia y provocan que se perpetúen las diferencias de clases a lo largo de los siglos.

El gigante asiático ha desempeñado un papel fundamental en el curso de la historia, basta con volver la vista algunos siglos atrás para comprobar que China siempre ha sido una gran potencia y que sólo su aislamiento durante gran parte de los siglos XIX y XX ha propiciado que el dragón aguardara dormido y que vuelva a reemerger de sus cenizas, como si de un ave Fénix se tratase. Históricamente jugó un papel fundamental en el curso económico del planeta y a ellos se le deben multitud de inventos y descubrimientos. Ahora, gracias a su mano de obra barata y de gran productividad, unidas a sus importantes mejoras de desarrollo tecnológico, de un modo u otro se ha provocado que nos encontremos ante un país próspero y con vistas de futuro pero que cuenta con graves problemas bien conocidos como son: la creciente diferenciación de rentas; un modelo económico dependiente en exceso de la inversión y la exportación, con consumo insuficiente y escaso e inconveniencias para el medio ambiente; el envejecimiento de la población y la corrupción entre otros, así como la contaminación y su más que cuestionable modelo “democrático”.

En 2012 el primer ministro, Zhu Rongji pronunció la siguiente afirmación: “a China le queda mucho por hacer en el terreno de los derechos humanos, pero la situación de los derechos humanos en China nunca ha sido mejor que ahora”. Es cierto que gracias a la evolución económica los ratios de pobreza han mejorado, pero siguen siendo preocupantes. Las personas a las que entrevistamos daban cuenta de ello al reconocer las diferencias de desarrollo en su tan amplio territorio. No obstante, gran parte de la población china puede decidir hoy en día dónde vivir y trabajar (gracias a la flexibilización del permiso de residencia), crear empresas y controlar el capital acumulado, viajar dentro y fuera del país, decidir dónde educar a sus hijos, disponer de teléfonos móviles e Internet. Las infraestructuras también han mejorado mucho: China inició su red de alta velocidad en 2007 y prevé duplicar su extensión actual en 2015, hasta los 18.000 kilómetros.

En nuestro país, la masiva entrada de chinos ha provocado un cambio en la concepción del modelo del pequeño y el mediano negocio, que deberá replantearse su dinámica de trabajo para adaptarse a dicha competencia pues, como hemos nombrado en el trabajo, el tejido industrial y comercial de nuestra comunidad y de este país se está viendo modificado ante la impasible mirada de los competidores autóctonos que se ven obligados en ocasiones a cerrar sus negocios o a ampliar los horarios de su jornada laboral. Pero no sólo hay que tener en cuenta sus movimientos con fines relacionados a este tipo de negocios; actualmente existe una gran demanda de mano de obra cualificada, por lo que China también se enfrenta a la »fuga de cerebros» que también afecta a España, ya que según el organismo «Central Coordination Group for Talent Work» del Gobierno Chino, un 87% de los ingenieros y científicos chinos eligen países extranjeros como destino final.

También debemos hacer referencia al impacto medioambiental que ha provocado la evolución de la economía china, otro de los aspectos que perjudican a la sostenibilidad de su modelo. Si bien en un principio esto no fue motivo de preocupación por su gobierno, actualmente se encuentra entre uno de los principales objetivos a erradicar; de hecho, el pasado 11 de noviembre, China y EEUU anunciaron un acuerdo ‘histórico’ para luchar contra el cambio climático, reduciendo los niveles de emisión de gases de efecto invernadero de aquí a 2025, puesto que ambos países son responsables de casi el 45% de las emisiones de CO2.

Otra de las tareas pendientes y a tener en cuenta es la calidad de su sistema político, pues la población reclama mayores libertades, como vemos cada día en Hong Kong con el movimiento Occupy Central With Love And Peace, que orquestó la Revolución de los Paraguas. Esto es un signo de debilitación del sistema chino, pues son numerosos los disidentes (el afamado activista invidente Chen Guangcheng o el artista Ai Weiwei, entre otros) -y cada vez en mayor medida- que comienzan a exigir una verdadera democracia que, de llegar, trastocaría muchos de los planes gubernamentales que se tejen desde las altas esferas. El nacimiento de esta visión crítica en los ciudadanos es un proceso a tener en cuenta durante los próximos años pues se avecinan cambios en los contextos político, social y económico chino (hablando de ellos como un todo) y por tanto también provocará algunas oscilaciones a escala mundial en diferentes aspectos que están por ver.

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En definitiva, China más que emerger lo que hace ahora y como bien decía Alberto Lebrón es reemerger ante nuestros ojos, volviendo a recuperar una hegemonía histórica de la que ya gozó, y haciéndolo sin un aspecto claramente colonizador sino catalogable en ocasiones como estratégico o silencioso. El dragón del pasado ha vuelto al presente y pretende seguir dominando en el futuro. La nueva China ve ahora cómo se cumple su viejo sueño, aunque este sigue en construcción. Lo único que está por ver es si las circunstancias le permitirán llevar a cabo dicho plan sin sobresaltos e imprevistos.

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